Muchas aplicaciones de la vida cotidiana se han desarrollado gracias a una técnica experimental llamada dispersión de neutrones. Al no tener carga eléctrica, estas partículas son lanzadas en haces sobre el material que se quiere investigar. En función de cómo se dispersan, a qué velocidad y en qué direcciones, los investigadores extraen valiosas conclusiones acerca de la estructura, composición y dinámica de los materiales, adentrándose en sus propiedades físicas, químicas o biológicas. Adelantos como las baterías de litio, los chalecos de Kevlar o las pantallas táctiles se han logrado gracias al conocimiento profundo de sus componentes que ha permitido esta observación.

La Universidad de Zaragoza, a través del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA), participa en una de las pocas instalaciones europeas que permite este tipo de aplicaciones: el Instituto Laue-Langevin (ILL) de Grenoble (Francia). Ahora la ciudad se convertirá en la sede de la sexta conferencia europea sobre esta materia que se celebrará por primera vez en España. Desde mañana y hasta el 4 de septiembre, alrededor de 700 científicos e investigadores de 34 países participan en la cita, en su mayoría usuarios de las técnicas neutrónicas y gestores de grandes instalaciones y centros de investigación.

El director del ICMA y presidente del comité organizador del foro, Javier Campo, resaltó ayer que las técnicas de dispersión de neutrones son "transversales" porque se aplican en multitud de campos importantes para la vida cotidiana como la energía, el transporte, los materiales, la investigación médica o la conservación del patrimonio.

El objetivo del encuentro es abordar los últimos resultados científicos registrados en campos como las biociencias, energía, medio ambiente o patrimonio cultural. "Aplicar una sesión de estas técnicas es caro (puede rondar los 30.000 euros al día), pero depende de con qué se compare", bromeó Campo. En realidad, los grandes laboratorios necesitan quemar combustible nuclear para lanzar los haces y suelen tener plantillas que rondan los 500 investigadores.

El congreso, que se desarrollará en el Auditorio de Zaragoza, tendrá una repercusión económica superior a 1,2 millones de euros en la capital aragonesa. Las sesiones paralelas de las tardes estarán abiertas al público general, previa reserva por correo. Aunque serán en inglés "supondrán un escaparate estupendo" para dar a conocer el trabajo de los científicos, destacó Campo.