Cada año, el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón financia los gastos de funcionamiento de los institutos de la comunidad a través de dos pagos. Normalmente, estos desembolsos se efectúan en octubre y en marzo, lo que permite a los equipos directivos acometer obras necesarias o algo tan relevante como pagar a los proveedores.

Hasta este año, la DGA había cumplido salvo en contadas excepciones en las que pagó con algo de demora. Sin embargo, el curso 2014-15 pasará a la historia como el que puso contra las cuerdas a algunos centros, agobiados por los números rojos y por el ejercicio en el que cerca de diez de ellos estuvo a punto de no percibir un solo euro.

Esta vez, el primer libramiento llegó entre febrero y marzo, es decir cuatro o cinco meses más tarde de lo previsto. Y no a todos, ya que hasta el pasado jueves muchos todavía no habían visto nada de esa partida. El segundo pago, mientras, comienza a llegar ahora tras dos meses de retraso. Educación asegura que ya ha ejecutado el 70% del presupuesto total de gastos de funcionamiento destinado a los centros, pero los directores afirman que a todos les falta cobrar, como mínimo, el 35%, y algunos hasta el 70%.

Posible bloqueo

Entonces, ¿dónde está el dinero que falta por llegar a los institutos? Los centros creen que se encuentra bloqueado por el Departamento de Hacienda. "El problema puede ser que la DGA ha pagado lo correspondiente al primer trimestre del 2014 con el presupuesto del 2015", opina uno de los directores afectados por el retraso en el pago. La Administración, por su parte, dice que las cantidades llegarán, pero los centros no se fían.

Muchos temen que esa cantidad todavía pendiente no se reintegrará y se preguntan qué pasará con ella si las elecciones señalan un cambio de Gobierno. Mientras, obras pendientes de ejecutar o trabajos ya realizados y por pagar amenazan con verse afectados por una demora histórica. Pero hay algo que preocupa todavía más a los directores y es la falta de información procedente de la DGA.

"Nadie nos dice nada ni nos facilitan datos", se queja otro docente, que advierte que algunos compañeros temen no poder cambiar las puertas de su instituto o poner ese ascensor necesario. "El problema es que no sabemos cuándo vamos a cobrar. No tenemos constancia del proceso y nadie nos avisa", lamenta otro profesor.

Los centros pagan como pueden la luz, el agua o el gas a expensas de que el ansiado dinero procedente de la Administración aparezca de una vez en su cuenta. Unos echan mano de la liquidez reservada para otras actividades, mientras que varios recurren al remanente de ejercicios pasados. Precisamente, ese dinero disponible ha sido esgrimido por Educación para justificar que algunos institutos no hubieran recibido ni un euro hasta esta semana. "Pero eso es castigar la buena gestión", se queja el director de uno de ellos, que subraya que lo que están viviendo este curso con los libramientos se recordará durante años. "Es demoledor", dice.