Zaragoza ha rendido homenaje hoy a los diplomáticos aragoneses Ángel Sanz Briz y Sebastián Romero Radigales que salvaron a cerca de 6.200 judíos del holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial, entregándoles salvoconductos españoles, a pesar del rechazo expreso del régimen franquista.

El escritor Ángel Arribas ha narrado en el Centro de Historias de Zaragoza ante decenas de espectadores las hazañas de estos dos emisarios que desde los consulados de Atenas y Budapest burlaron las normativas españolas de repatriación.

"Ambos usaron un decreto ley que promulgó en 1924 el dictador Primo de Rivera en el que se recogía que todo judío sefardita que acreditara su origen podría solicitar la nacionalidad española en un plazo de seis años", ha explicado Arribas en una entrevista a Efe.

El escritor ha confesado que esa normativa había caducado 14 años atrás, pero que los dos diplomáticos aragoneses se aprovecharon del desconocimiento de la administración alemana para convertir el "papel mojado" en una vía de escape para los perseguidos.

"Los alemanes protestaban al embajador español en Berlín y el ministro de Asuntos Exteriores de España mandaba telegramas a Briz y Radigales en los que les pedía que cesaran las repatriaciones de los judíos", ha señalado Arribas.

Para el historiador, el hecho de que los dos emisarios aragoneses se enfrentaran a los dos regímenes demuestra su "gallardía" para salvar vidas y combatir la "iniquidad nazi" en su intento de aniquilar a toda una raza.

Arribas considera que los testimonios de las primeras personas que lograron escapar del campo de exterminio de Auschwitz motivó la actuación de Briz y Radigales que descubrieron de primera mano cuál era el destino de los apresados por el régimen nazi.

"Cuando se sabe por qué no vuelven la situación se vuelve más dramática aún", ha subrayado el escritor.

En su relato, Arribas cuenta la historia de los 640 judíos que le entregaron a Radigales todas sus joyas y objetos personales antes de embarcarse en un viaje en tren hasta España y cómo el diplomático se los hizo llegar "íntegramente" hasta sus nuevas residencias.

"Lo hicieron todo de forma altruista", señala el escritor, quien lamenta la falta de reconocimiento histórico que han tenido estos dos personajes en España.

Sin embargo, gracias al testimonio de los supervivientes, ambos recibieron el título "Justos entre las Naciones" que entrega el estado de Israel a quienes sin ser judíos han ayudado desinteresadamente a combatir el holocausto nazi.

Todo el trabajo de documentación que Arribas ha desarrollado le ha permitido redactar su libro 'El dossier de las mujeres sin rostro', una historia de amor contemporánea que recuerda a estos dos héroes aragoneses.