La Policía Nacional detuvo en la madrugada de ayer en Zaragoza a dos menores que habían escapado del Centro de Observación y Acogida (COA) Juan de Lanuza y se habían encaramado por la escalera de incendios a la azotea de la cercana residencia Ramón Pignatelli, donde uno de ellos amenazó con arrojarse al vacío.

La fuga de los menores, de 15 y 17 años, movilizó a efectivos policiales, a los servicios sanitarios, a los Bomberos de Zaragoza, que extendieron un colchón inflable para evitar que se lesionaran, y a un equipo de negociación que habló con ellos hasta convencerles de que depusieran su actitud.

Los hechos se produjeron sobre la una de la madrugada. Los menores se encararon con los educadores del centro de forma violenta y llegaron a amenazar a uno de ellos con un arma blanca. A continuación, abandonaron las instalaciones y se dirigieron a la residencia Ramón Pignatelli, donde utilizaron la escalera exterior de hierro para subir a la azotea del edificio, de seis plantas.

NEGOCIACIÓN

Los responsables del COA alertaron a la Policía Nacional y a la Local, que se personaron en el citado lugar y observaron que los jóvenes, lejos de abandonar su actitud, incrementaron su desafío con insultos y amenazas a los agentes, al tiempo que andaban por la cornisa del inmueble haciendo equilibrios.

En un momento dado, uno de los menores llegó a quedar suspendido de una cornisa por los brazos, y su compañero tuvo que ayudarle para volver a subir a la azotea, sin dejar de amenazar con arrojarse al vacío.

Ante esta situación, el Cuerpo Nacional de Policía activó el protocolo existente para estos casos, de forma que un equipo territorial de negociación de la Jefatura Superior se desplazó a la residencia Pignatelli.

Los negociadores lograron hablar con uno de los jóvenes y le convencieron para que descendiera poco a poco por la escalera de incendios hasta llegar a la escultura del primer piso. Mientras tanto, el segundo menor seguía con su conducta temeraria y se había subido a la barandilla de la escalera de socorro, a la altura del último piso.

Finalmente, al cabo de unos minutos, se le pudo convencer para que bajara por la escalera hasta la primera planta. Desde allí, ambos jóvenes descendieron hasta la base de la escalera, donde los agentes de la Policía Nacional procedieron a su detención como supuestos autores de un delito de resistencia y desobediencia a la autoridad.