La localidad oscense de Grañén fue escenario ayer de dos accidentes de camiones de transporte porcino, con menos de ocho horas de diferencia y apenas tres kilómetros de distancia. Salvo la coincidencia horaria y temporal, no parece haber conexión entre ambos siniestros, que se saldaron con heridos leves.

El primero de ellos se produjo en torno a las 2.15 horas, en la rotonda que une la carretera de Grañén, de Robres, a la A-1213. Por causas que se desconocen, el transportista volcó en la rotonda, concretamente en el kilómetro 19,3 de la vía, y el conductor pudo salir por su propio pie.

Hasta el lugar se trasladaron dos vehículos y cuatro bomberos del Ayuntamiento de Huesca, que aseguraron la zona y echaron sepiolita para contener las fugas. Los sanitarios atendieron al herido, que aunque aparentemente se encontraba bien, fue trasladado al hospital San Jorge de Huesca, por precaución, informó la Guardia Civil. Mientras, otro vehículo de la misma empresa llegaba para trasvasar a los animales y continuar el transporte.

Menos de ocho horas después, en torno a las 10.00 horas, otro camión sufría otra salida de vía con vuelco a unos tres kilómetros del lugar del primer siniestro, también en la A-1213 y en el término municipal de Grañén.

INCENDIO

En esta ocasión se trató de un siniestro más aparatoso, ya que el camión se incendió, y de hecho algunos de los cerdos murieron calcinados. El conductor resultó herido leve, igual que su compañero, horas antes, y fue igualmente atendido por los sanitarios mientras los bomberos de Huesca se hacían cargo del fuego, y la Guardia Civil de la investigación del siniestro y la ordenación del tráfico en la zona.

El alcalde de Grañén, Carlos Sampériz, no alcanzaba ayer a encontrar una explicación ante el «insólito» hecho de los dos accidentes. «El firme de la carretera está bien, había buena visibilidad y la rotonda tiene un radio de giro adecuado», enumeró. Los accidentes de este tipo en la localidad son escasos, añadió.