La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) quiere poner freno a la despoblación de su territorio, considerado uno de los más desequilibrados de España por la macrocefalia de la capital y el escaso peso demográfico de sus zonas rurales, donde solo viven 10 habitantes por kilómetro cuadrados. La tendencia es a la baja, con siete de cada 10 municipios zaragozanos en riesgo de extinción.

Por ello aprobó ayer los grupos políticos que la componen aprobaron una declaración en la que piden al Gobierno central y al autonómico la creación de un fondo especial destinado a realizar inversiones en las localidades y comarcas más envejecidas y con menor número de residentes. Se trata de una iniciativa similar al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) con la que se persigue poner fin a «una lacra» que lastra el desarrollo de la provincia de Zaragoza, en palabras del presidente de la institución, el socialista Juan Antonio Sánchez Quero.

La declaración va más allá e incluye recabar de la Unión Europea el reconocimiento de que Zaragoza es una zona escasamente poblada, lo que da derecho a acceder a determinadas ayudas y planes de desarrollo. Asimismo, la DPZ se pronunció por la aplicación de la Ley de Desarrollo Rural Sostenible, que data del 2007, y por una mayor participación de los pequeños municipios en los tributos del Estado. El objetivo es obtener recursos para que se puedan realizar inversiones productivas en los pueblos, de forma que se genere empleo y se pueda fijar la población.