El partido socialista, que gobierna la Diputación de Zaragoza con el apoyo de En Común y Chunta Aragonesista, tratará hoy, en un pleno extraordinario, de dar un portazo a las pretensiones de los aspirantes a bombero que se han querellado con la institución provincial por supuesto favoritismo en la primera prueba de unas oposiciones para cubrir 30 plazas, celebrada el pasado septiembre.

El séptimo punto del orden del día abordará la inadmisión a trámite de la revisión de oficio del citado examen, que era de carácter teórico y que, según los denunciantes, aprobaron candidatos que habían tenido un conocimiento previo del contenido de las preguntas.

Sin embargo, según fuentes de los aspirantes que han impugnado la prueba, el PSOE no tiene garantizado que el punto salga adelante. «El resto de grupos nos ha asegurado que no votarán a favor», señalaron ayer fuentes del grupo de querellantes.

De hecho, fue el propio pleno de la DPZ el que, el pasado octubre, aprobó, con el voto en contra de los socialistas, una moción para llevar a cabo la revisión del proceso de las oposiciones, por si hubiera irregularidades.

En la citada sesión plenaria estuvieron presentes más de 100 aspirantes que protagonizaron una protesta y que finalmente fueron expulsados de la sala.

A la prueba se presentaron 457 jóvenes de ambos sexos y solo fue aprobada por 20, lo que provocó un gran descontento entre los suspendidos. A raíz de aquel resultado se presentó una querella que ayer vivió un nuevo episodio en el Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza, donde varios aspirantes ratificaron ante el juez que tienen constancia de que algunos aprobados sabían de antemano qué preguntas se iban a plantear, según declaró ayer su letrada, Carmen Sánchez.

La pasada semana declararon varios miembros del tribunal de la oposición que afirmaron que no había habido ninguna filtración de las preguntas.