Los presupuestos de 2017 han iniciado en las Cortes su tramitación parlamentaria con cinco meses y medio de retraso y precisamente esta dilación es lo que lleva a todos los portavoces de la oposición a dudar de si éste podrá ser ejecutado, teniendo en cuenta que hasta principios de mayo no será aprobado definitivamente.

El Gobierno de Aragón aprobó y registró ayer en el Parlamento el proyecto de ley de presupuestos para 2017, que incluye un gasto total de 5.577 millones de euros (un 8,72 % más que los de 2016), de los que 5.052 millones son gasto no financiero (un 5,38 % más que en 2016), y que prevé un crecimiento de las inversiones del 7 %.

Los portavoces de PP, PAR y Ciudadanos, y también aunque más tímidamente los de Podemos e IU, han mostrado hoy dudas acerca de que puedan ser ejecutados en su totalidad, teniendo en cuenta lo avanzado de las fechas y que, además, en el ejercicio pasado el Ministerio de Hacienda decretó el cierre presupuestario en agosto.

El líder de Podemos Aragón, Pablo Echenique, ha achacado el retraso acumulado -"168 días de incumplimiento", ha lamentado- a la "vergüenza" que debía de sentir el PSOE después de posibilitar, con su abstención, la investidura de Mariano Rajoy.

"No lo van a ejecutar, y lo saben", ha enfatizado el diputado popular Antonio Suárez, mientras que desde el PAR Elena Allué, además de calificarlos de "irreales" ha dicho que tienen "muy poco recorrido" y que el debate presupuestario va a servir "de poco".

En este sentido, la diputada de IU Patricia Luquin ha exigido al gobierno un "compromiso de ejecución" que el portavoz socialista, Javier Sada, se ha encargado de asegurar: "no hay duda" de que se cumplirán "de forma altísima", ha dicho.

Sin embargo, para Suárez estos presupuestos "sólo sirven a la mitad de los aragoneses" y "enfrentan" a unos ciudadanos contra otros; son las cuentas del engaño en lo que a la inversión se refiere; están montados sobre una importante carga fiscal, y adolecen de opacidad y falta de transparencia.

Elena Allué ha apuntado que son "irreales", que tienen "los mismos o parecidos" agujeros que los de 2016 y que sigue habiendo partidas infradotadas, como las nóminas de Sanidad, el fondo de contingencia, el IAI o la agroalimentación, el desarrollo rural y el turismo, que aunque suben, no compensan las bajadas del ejercicio anterior.

Desde Ciudadanos, Javier Martínez, ha advertido de que el proyecto de ley es un "auténtico espejismo" e "impropio de un gobierno serio", porque está plagado de "ingresos maquillados, promesas incumplibles, cifras falsas y partidas infradotadas", lo que le hace colocarse "a caballo entre Alicia en el País de las Maravillas y Los Mundos de Yupi" y demuestra que el gobierno ha hecho "oídos sordos" a todo lo que la oposición le ha dicho durante los últimos meses.

Podemos no siente estos presupuestos como suyos, pero Echenique ha considerado que incluyen "cosas buenas" gracias a unas negociaciones sin duda duras" entre Podemos y PSOE, con unos compromisos que la formación morada cuantifica en 103 millones de euros, además de con "mayores cotas de garantía" del cumplimiento de los acuerdos ante la "habilidad" que a su juicio tiene el PSOE para "saltarse" los pactos.

Para Podemos, este proyecto abre "algunas vías de futuro" en cuestiones como la dependencia o la educación pública.

Desde IU, Patricia Luquin se ha mostrado "moderadamente satisfecha" con los presupuestos porque suponen una "evolución" hacia la reversión de los recortes realizados por el anterior ejecutivo en servicios sociales y porque empiezan a apostar por la inversión productiva, aunque el hecho de que incorporen propuestas que todos los grupos de izquierda defienden demuestra que el "mejor método" para su aprobación debería haber sido una mesa de izquierdas a cuatro, y se hubiera ganado tiempo.

El proyecto presentado ayer no incluye en el articulado la denominada "cláusula Nos" introducida en 2016 que fija que las modificaciones presupuestarias de más de 500.000 euros deben necesariamente contar con la aprobación de la Comisión de Hacienda, según han recordado Suárez, Vicente y Martínez, aunque con toda probabilidad volverá a pactarse en el trámite de enmiendas.