Uno de los contratos más cuantiosos que estaban en fase de adjudicación se ha tenido que paralizar de forma repentina. Se trata de la conservación y el mantenimiento de sus semáforos. Una labor que había salido a concurso a principios de año y que ahora se ha visto interrumpido, a solo cuatro días de finalizar el plazo de presentación de ofertas por las dudas que han planteado algunos de sus potenciales licitadores. No ha trascendido qué tipo de aclaraciones han solicitado pero deben ser de calado porque se trata de un contato de 13,36 millones de euros que ahora ha quedado aparcado sine die.

El responsable del área de Urbanismo y Sostenibilidad, Pablo Muñoz, firmaba el pasado 22 de febrero el decreto que decidió «suspender el plazo de presentación de ofertas del procedimiento convocado para la contratación del servicio» alegando que se habían registrado «gran cantidad y variedad de aclaraciones por parte de los interesados», algo que obligaba al Gobierno municipal a parar el reloj y ponerse a estudiarlas. Lo cierto es que han transcurrido dos semanas y no han sido solventadas por el momento.

De hecho, tampoco se marca un plazo el decreto, ya que pone una suspensión indefinida que se verá, posteriormente, compensada con el correspondiente periodo para presentar ofertas por parte de las empresas. Y, previamente, pasará por el Gobierno de Zaragoza para su aprobación y posterior publicación en el perfil del contratante.

Se trata de uno de los contratos más importantes del año, ya que se cuantifica en 3.345.424,78 euros anuales el gasto que el ayuntamiento afronta para la conservación de sus más de 7.000 unidades semafóricas. De ellos, más del 60% corresponde a un mantenimiento correctivo, 2,05 millones al año, y una parte variable de poco más de 500.000 euros que incluye siniestros, obras de modificaciones, en carriles bici o para accesibilidad de personas invidentes, entre otros.

Además, si la percepción de muchos ciudadanos es que hay muchos semáforos en la ciudad, los pliegos no es que prevean una disminución de unidades a conservar, así que seguirá siendo uno de los servicios más codiciados por los que pujar para las empresas. Cuando se despejen esas dudas.

El plazo por el que salió a licitación era de 4 años, y dos prórrogas de un año, y pese a que en la exigencia para el adjudicatario no se añaden muchas novedades, sí que se esperan notables mejoras en la puja. Por ejemplo la implantación de la tecnología led en más pasos semaforizados o un empujón decisivo a la revisión que se quiere hacer de los más de 2.000 pasos de cebra con regulación semafórica, a iniciar este año, para mejorar la seguridad del peatón.