La crecida del río Ebro tras el temporal de los últimos días de nieve y lluvias ha dejado bajo el agua alrededor de 800 hectáreas de cultivos en la localidad zaragozana de Novillas y 350 en Boquiñeni.

Así lo han asegurado hoy a Efe los alcaldes de ambas localidades zaragozanas situadas en el eje del Ebro, que se encuentran a la espera de que el caudal del río baje y permita a los vecinos comprobar los daños sufridos.

El alcalde de Novillas, José Ayesa, ha explicado que la riada sufrida, que alcanzó su punta la mañana de ayer en el municipio tras alcanzar una altura de 6 metros, es similar a la que afectó el año pasado a la población y ha generado el mismo tipo de daños en campos de cultivo, caminos y terraplenes.

Ha destacado que el nivel del agua ha comenzado a descender con rapidez, por lo que ha confiado en acceder a las zonas afectadas a lo largo de las próximas horas.

Por su parte, el responsable municipal de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán, ha comentado que el agua comenzó a inundar a primeras horas de la tarde de ayer los campos de cultivo que tradicionalmente se ven afectados en episodios de crecida.

Ha señalado que el agua erosionó parte de una de las defensas de grava construidas y entró en otra zona de cultivos, aunque no ha podido precisar los daños causados a la espera de la reducción de los caudales.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) muestra en su página web la misma tendencia de descenso del caudal del río debido al efecto de modulación de las aguas ejercido por los embalses de Itoiz y Yesa.