Las zonas fluviales protegidas en el río Ebro ya suman 385 kilómetros, divididas 25 tramos. El Gobierno de España aprobó ayer aumentar en 184 kilómetros y 12 tramos los tramos de alta protección medioambiental que se designaron hace un año.

En todo el territorio estatal, ayer se aprobaron 53 nuevas reservas fluviales, que suman casi 1.000 kilómetros de longitud. Esta figura se ha creado para preservar los tramos de ríos que tienen una escasa o nula intervención humana y que se encuentran en muy buen estado ecológico, algo cada vez más difícil de encontrar en la cuenca del Ebro, muy afectada por la planificación agraria, principalmente.

Las aprobadas también se suman a las 82 ya declaradas en el 2015, por lo que el número de Reservas Naturales Fluviales de España suman ya 135 y una longitud total de 2.684 kilómetros.

La decisión del Consejo de Ministros afecta a seis demarcaciones hidrográficas del estado, las del Duero, Tajo, Ebro, Guadiana, Segura y Cantábrico Oriental. Los tramos designados surgen de los planes hidrológicos de cuenca, que ya están aprobados, ya que en los mismos se incluyen los listados de los espacios que merecen ser declarados reserva natural fluvial, un total de 135.

Así, el listado en los que se definen estos nuevos espacios ha sido sometido a amplios procesos de consulta pública, en los que las comunidades autónomas han tenido un papel esencial, y ha obtenido el informe favorable del Consejo Nacional del Agua, con 81 votos a favor y solo 1 voto en contra, según los datos facilitados hoy por el Ministerio de Agricultura y Pesca.

Los objetivos prioritarios de este proyecto son la protección de la biodiversidad asociada a estos ríos, la conservación de tramos fluviales, paisajes singulares y los tramos que no alberguen especies invasoras, entre otros.

Otros aspectos a tener en cuenta residen en la conservación del patrimonio natural, etnográfico y en la conservación de la fauna piscícola.