Pablo Echenique trata de disminuir la tensión derivada del polémico mensaje que envió a los miembros del Consejo Ciudadano Estatal (CCE) en el que advertía que iba a “extirpar las malas hierbas”. El secretario de Organización de Podemos niega que esto fuese una amenaza directa contra nadie ni tampoco una purga para eliminar a los dirigentes que no acepten el silencio que trata de imponer la dirección del partido.

“Nunca en mi vida he hablado de acallar críticas. En Podemos las críticas son bienvenidas. Nunca lo he dicho y nunca lo diré”, sostiene, y explica que su mensaje no señalaba a una persona en concreto, sino a determinadas “actitudes”. Echenique defiende que, desde su cargo, tiene la obligación de evitar que determinados comportamientos proliferen. “Las fontanerías de aparato son vieja política y yo, como secretario de Organización, tengo que impedir que Podemos se convierta en una fuerza vieja. Hay que tener cuidado para que esas actitudes no aumenten y no se extiendan”, ha advertido, en una entrevista en Telecinco.

A pesar de los matices, Echenique ha aseverado que lo que escribió en el Telegram del CCE no tiene vuelta atrás ni fue un error, sino que esa es su determinación. No lo ve como una purga, sino como una labor necesaria para que en el partido no arraiguen personas que solo quieren “cuidar sus reinos de taifas y cortijos”. “Afortunadas o no [sus palabras de extirpar las malas hierbas] lo que estoy diciendo es algo que mantengo”, ha zanjado.

Cuando Pablo Echenique fue nombrado secretario de Organización, el 2 de abril, en sustitución del destituido Sergio Pascual,presentó ante la dirección un documento con su hoja de ruta.En ese análisis ya expresaba su preocupación por las “dinámicas negativas” que había detectado en Podemos y exponía la necesidad de adoptar mecanismos para diluir el freudismo entre compañeros de partido. En ese texto definió como “retos y objetivos” “la apuesta por el fin de los conflictos enquistados” y señalaba la necesidad de crear “un ambiente interior en Podemos que sea divertido, enriquecedor y agradable”.

Tras su pasado en la corriente de Izquierda Anticapitalista defendida por la líder andaluza Teresa Rodríguez, Echenique viró hacia una posición más cercana a la secretaría general. Pablo Iglesias le propuso como secretario de Organización en sustitución de Pascual y él aceptó con el objetivo de revisar las estructuras de funcionamiento pero, sobre todo, con el reto de pacificar el partido. Alega que con su Telegram al CCE trataba de hacer exactamente eso, evitar la disputa estéril entre facciones, pero sus palabras han desatado una nueva polémica que eleva, aún más, la tensión en Podemos, que se desgarra en una guerra fratricida con acusaciones cruzadas sobre la responsabilidad del batacazo electoral del 26-J.