La ecociudad de Valdespartera, actualmente en fase de urbanización, y una zona del barrio del Picarral, originaria de los años 1950-1960, en los que ha convivido el tejido residencial y el industrial, han sido los sectores elegidos por el Ayuntamiento de Zaragoza para participar en el proyecto europeo Concerto , que favorece el desarrollo sostenible de la ciudad y el uso racional de la energía. La convocatoria parte de la Dirección General de Energía y Transporte de la Comisión Europea.

La propuesta zaragozana, que asciende a 10,7 millones de euros y las aportaciones europeas podrían alcanzar los 3,5 millones de euros, se complementa con otras dos iniciativas demostrativas del municipio inglés de Bracknell y de la ciudad francesa de Lyon, mientras que otras ciudades del ámbito europeo han manifestado su interés en ser comunidades observadoras de la experiencia.

El consistorio zaragozano lidera este proyecto que cuenta con la participación de la Sociedad Municipal de Rehabilitación Urbana de Zaragoza (SMRUZ), Ecociudad Valdespartera Zaragoza SA (EVZ), Fundación Ecología y Desarrollo, Universidad de Zaragoza, ERZ-Endesa y el Centro Nacional de Energías Renovables. Distintas entidades vecinales, organismos del Gobierno de Aragón y empresas de instalación de biomasa han expresado su apoyo a esta idea y han solicitado información sobre su desarrollo.

La iniciativa pretende comparar los efectos de este programa en dos comunidades distintas, una de nueva creación y otra rehabilitada, y difundir la información a todos los ciudadanos, además de conseguir una mejora sustancial de la calidad de vida en las comunidades que están involucradas, al tiempo que se amplía el conocimiento en el ámbito de la sostenibilidad energética y ambiental.

Las mejoras energéticas del proyecto pretenden aumentar el aislamiento de las construcciones respecto de la actual normativa, dar un tratamiento óptimo a la radiación solar y a la ventilación de huecos para conseguir más ganancia o protección, según convenga en cada caso. También se pretenden optimizar las instalaciones térmicas y propiciar el uso de energías renovables: solar, térmica, biomasa o fotovoltaica.

El trabajo se propone impulsar también en las zonas de aplicación la mejora energética de los comercios, los colegios, los centros de salud y los deportivos, y precisará también una repercusión directa en el aspecto formativo e informativo de los ciudadanos, lo que requerirá una estrecha colaboración con las asociaciones vecinales y de consumidores.

Entre las características básicas que debe reunir un proyecto para recibir financiación europea figuran la promoción o mejora energética de una comunidad bien definida en lo social y lo geográfico; el respaldo político de la Administración Local y la promoción del uso de energías renovables.