Ecología y Desarrollo (Ecodes) ha propuesto hoy, ante la "gravedad de la situación" generada tras la ultima crecida del Ebro, un gran acuerdo social sobre el río y que la Confederación Hidrográfica (CHE) garantice la unidad de cuenca y lidere una iniciativa que supere las "visiones localistas".

Estas propuestas se contienen en una declaración que ha hecho publica la organización en una rueda de prensa, en la que su director ejecutivo, Víctor Viñuales, ha apostado por construir una "situación de seguridad" que sea buena para la gente y el río, que no debe de ser el "enemigo", y con una visión de largo plazo.

Pero, lo primero, ha remarcado, donde deben concentrar ahora sus energías las autoridades políticas es en reparar y ayudar a las personas afectadas por las inundaciones, para que, "al menos en esta ocasión", no haya incumplimientos de los acuerdos adoptados sobre financiación o subvenciones.

Viñuales ha defendido la necesidad de un gran pacto entre todos, territorios y habitantes, porque, en su opinión, "no tiene sentido" buscar "soluciones particulares" que afectan y dañan "a pueblos que no son el mío" o a otras comunidades.

Debe ser un pacto entre la ciencia y las necesidades económicas y sociales de los habitantes, que no sea electoral ni cortoplacista y que respete la unidad de cuenca, que se ha visto "erosionada" muchas veces en los últimos tiempos "por las banderitas de cada Comunidad Autónoma". "Esto no puede ser", ha advertido.

"En las últimas décadas -según la declaración- la emergencia de la comunidades autónomas ha erosionado significativamente las competencias" de la CHE que, ha recordado el responsable de Ecodes, fue el primer organismo del mundo creado para gestionar de forma integrada la cuenca de un río.

Al respecto, ha argumentado que hay que construir "una situación que dé seguridad", donde "no haya chapuzas" ni improvisación, donde haya "certidumbres", un pacto entre la biosfera y el ecosistema del río y las poblaciones.

En la declaración, Ecodes sostiene que hay que plantearse la relación con el río, reconsiderar la política urbanística y diseñar una nueva ordenación del territorio para permitir la normal dinámica del río para que no reaccione de forma violenta, como con esta crecida, "llevándose por delante lo que encuentra".

Por ello, la organización cree necesario acometer un deslinde del río y establecer un fondo de responsabilidad para resarcir a las personas afectadas "en su justa medida", ha dicho José Luis Bermejo, profesor de Derecho Administrativo, quien ha calificado como "un error sin paliativos" considerar como un obstáculo para la gestión del río las normas de impacto ambiental, que ahora se cuestionan.

Por contra, se ha mostrado a favor de reforzarlas para que se opte por las mejores soluciones y ha rechazado que cada vez que hay un problema, "por razón de la urgencia de la coyuntura", se plantee el levantamiento de las excepciones y obligaciones que recoge la legislación ambiental.

Frente a estas iniciativas, ha reclamado una delimitación jurídica -por donde debe discurrir- del río, como se hizo en el caso de las costas españolas, una operación compleja que, ha reconocido, supuso un "desembolso tremendo de fondos públicos".

La delimitación permitiría establecer, ha añadido, cuáles son los derechos, obligaciones y responsabilidades que deben tener los dueños de las fincas que se ven afectadas por las riadas y poder recurrir a las compensaciones.

En la rueda de prensa han participado también el arquitecto Teófilo Martín, quien ha señalado que el impacto ambiental ha sido una cuestión bastante marginal en la ordenación del territorio, y el biólogo Tony Herrera, quien se ha mostrado a favor de aprovechar las llanuras de inundación para paliar los efectos de las riadas.

Los planteamientos de Ecodes tienen un coste económico pero parte de los fondos necesarios se podrían solicitar al Banco Europeo de Inversiones, ha señalado Cristina Monge, una de las directoras de la organización, presente en el acto, junto a su presidente, José Angel Rupérez.