El curso está a punto de terminar en Aragón y lo va a hacer envuelto en la polémica por las altas temperaturas registradas estas semanas en las aulas. Para prevenir y evitar que esta situación se repita el próximo año, el Departamento de Educación está trabajando en un protocolo para evitar las excesivas temperaturas en situaciones de ola de calor. Así lo anunció ayer la consejera de Educación, Mayte Pérez, en el pleno de las Cortes en respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada de Ciudadanos, Susana Gaspar.

Del protocolo en cuestión poco o nada se sabe, salvo que no se podrá implantar hasta el siguiente curso. Fuentes de la consejería precisaron que «todavía» está por detallarse la información. Pérez indicó que se trata un problema que se origina por situaciones de calor «prolongadas» y señaló que si bien una solución podría ser instalar aparatos de aire acondicionado, «probablemente no es la mejor», dijo.

Así, añadió que, junto a los técnicos de Inspección Educativa se analizará «la situación de cada centro para ir elaborando las medidas oportunas y tener ese protocolo», señaló Pérez, quien detalló que la situación difiere según los centros ya que en los más antiguos «hay problemas en las cubiertas, en las que hay que intervenir», mientras que en los nuevos los materiales poseen «mejores prestaciones térmicas y cuentan con lamas exteriores y vidrios dobles», precisó. La consejera se refirió al Código Técnico de la Edificación de algunos colegios, así como a la ventilación cruzada o a los sistemas para la renovación del aire.

CIRCULAR a los centros / Una vez finalizado el proceso de consulta en cada uno de los espacios, se fijarán las soluciones técnicas y organizativas adecuadas referentes al calor en cada uno de ellos para «evitar» las consecuencias de las temperaturas extremas.

Precisamente ayer se enviaron desde Educación a los centros unas recomendaciones, mediante una circular, para combatir el calor de estos días. Los consejos se corresponden con el protocolo puesto en marcha por la dirección general de Salud Pública del Departamento de Sanidad el pasado 1 de junio y que estará activo hasta septiembre.

Por su parte, la diputada Susana Gaspar sostuvo en su réplica que estas situaciones «empiezan a no ser excepcionales» a causa del cambio climático y apuntó que, en septiembre, ya se dan «altas temperaturas» en la aulas. «Hay que afrontarlo y dar soluciones», precisó. Gaspar recordó la normativa que establece que los edificios públicos deben tener entre 21 y 22 grados cuando está puesta la calefacción, y de 25 a 26 con aire acondicionado. La diputada de Ciudanos indicó que «la mayoría» de los centros no cumplen esta norma y dijo que «los colegios son los únicos edificios públicos que carecen de climatización» y que su instalación de forma generalizada sería «costosa».

Más allá de lo sucedido en el pleno de las Cortes, los sindicatos CSIF, UGT y CCOO denunciaron la «pasividad» de Educación ante las altas temperaturas registradas. «Superan con creces diariamente los 30 grados», aseguró CSIF, que consideró «irrisorias» las recomendaciones emitidas por la DGA.

CSIF alertó de que «están apareciendo casos de desmayos por lipotimias derivados de esta situación en diferentes centros de España y exigieron que se tomen medidas antes de que se produzcan en Aragón». Desde UGT solicitaron que puedan ser los colegios quienes puedan establecer medidas «atendiendo a su autonomía organizativa y a sus propias características». «Las condiciones en las que se trabaja durante estos días incumplen la normativa de salud y seguridad laboral», añadieron.

Por último, CCOO Aragón reclamó «un plan urgente de revisión» de centros, dado que los edificios tienen «deficiencias» de construcción o de antigüedad. «En muchos no hay adecuación entre las aulas y el número de alumnado. La Administración debería replantearse las fechas de finalización del curso e incluso tomar medidas como suspender clases en una situación de alerta amarilla», apuntaron.