Desde la dirección general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, dentro de los programas de promoción de la salud, se llevan a cabo, desde hace años, varias iniciativas para promocionar la alimentación saludable en los colegios y relacionadas específicamente con la alimentación.

En Primaria se aplica el plan de consumo de fruta en las escuelas, un proyecto europeo impulsado en la comunidad por el Departamento de Agricultura y Alimentación del Gobierno de Aragón, y cuyo objetivo es contribuir al incremento del consumo de frutas y hortalizas entre la población escolar, así como difundir hábitos saludables y disminuir la obesidad y otras enfermedades asociadas. Incluye la distribución de 12 entregas de fruta semanales, así como la organización de visitas y actividades que incrementen la curiosidad por la fruticultura e inculquen unas rutinas de alimentación sana.

En Secundaria, esta labor de prevención se acomete a través de diversos proyectos transversales, como Retomemos, destinado a la prevención del consumo de alcohol. Este programa pretende que las personas en edad adolescente aprendan a tomar en serio su propia vida y la ajena, y a cuestionar críticamente las rutinas sociales que conducen al abuso de alcohol. O el Cine y salud, que trata desde el cine la promoción de la salud y la prevención de los problemas de salud más relevantes en la adolescencia, entre ellos la alimentación, fomentando la mirada crítica y la responsabilidad personal. Otros, como Órdago y Unplagged, se centran en la prevención de drogas.

Desde el punto de vista global, la estrategia 2013-2018 de promoción de la alimentación y actividad física saludables en Aragón es un proyecto que quiere reducir los índices de sobrepeso, la obesidad y sobre todo fomentar la alimentación sana y la actividad física en Aragón.

Esta estrategia contempla actuaciones hasta el 2018, atendiendo todas ellas a las recomendaciones de la Estrategia Europea del 2007 y la Estrategia NAOS, y proponiendo unos principios básicos con los que promover la actividad física, incorporar hábitos diarios de práctica de ejercicio físico suave y moderado, evitar el sedentarismo y promover la vida social activa, mantener la dieta mediterránea con cocina tradicional y productos frescos, reducir el consumo de alimentos muy energéticos, beber mucho agua y facilitar información sobre nutrición a todos los ciudadanos.

De igual modo, Salud Pública y Educación elaboraron una guía para los comedores escolares en la que se presta especial atención a la calidad del menú, cuestionada desde algunos sectores. Así, Educación supervisa los menús y técnicos de Salud Pública hacen controles en los centros en los que se analizan las condiciones de higiene o la titulación de los trabajadores de la cocina. O se comprueba que el menú se corresponde con el que figura en la programación o si se ofrecen menús alternativos.