Los alumnos, docentes y miembros del equipo directivo del instituto Ramón Pignatelli, en Zaragoza, ya no pasarán frío el próximo invierno. El Departamento de Educación acaba de licitar por fin el contrato de obra para la nueva caldera, de gas natural, que sustituirá una instalación que tiene unos 30 años y es de gasóleo.

Los constantes fallos derivaron en que, en diciembre del 2016, algunos estudiantes del centro tuvieran que acudir con mantas y ropas de abrigo a clase para hacer frente al frío, ya que la calefacción dejaba de funcionar. Hubo jornadas lectivas en las que la temperatura en el instituto llegó a ser muy baja —menos de 13 grados—.

El nuevo proyecto, publicado en el perfil del contratante y cuyo autor es Antonio Golvano Rello, tiene un presupuesto de licitación de 103.166,51 euros, de los que 51.583,26 correrán a cargo del Gobierno de Aragón y la otra mitad de la obra será financiada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feader).

La nueva instalación pretender «sustituir las calderas existentes por calderas de condensación, con cambio de combustible y anulación del sistema de gasóleo existente», según se recoge en el proyecto.

Así, el informe recoge las deficiencias del actual sistema y cita, entre otras cosas, que la sala de calderas del Ramón Pignatelli «no dispone de contador de gasóleo» o que uno de los generadores «se encuentra averiado, sin uso y desconectado de la instalación de gasóleo», explica el documento. Tampoco hay contadores de las horas de funcionamiento ni «protección» de los generadores frente a condensaciones. Sobre la red hidráulica actual del instituto, se precisa que «la tubería no dispone de aislamiento térmico». En el tema de la seguridad, el informe describe que «la sala de calderas tiene vasos de expansión y válvula de seguridad, estando estos ubicados incorrectamente, no protegiendo el generador en caso del corte hidráulico del mismo».

El nuevo planteamiento incluye la instalación de tres calderas (ahora hay una); tres bombas de caldera; y dos de calefacción.

Para salvar las deficiencias de la actual instalación, además de utilizar gas natural, los nuevos generadores «ofrecerán mayor rendimiento y mayor fraccionamiento de la potencia».

SISTEMA DE PAROS

Además, la red hidráulica dispondrá de unas tuberías de acero inoxidable y aislantes. Todos los elementos de seguridad que ahora son cuestionados quedarán resueltos mediante un sistema de paro de equipos por exceso de temperaturas por humos, detectores de gas o mínima presión de agua. Los equipos también dejarán de funcionar si falla el sistema de ventilación mecánico.

La situación del instituto Ramón Pignatelli no es única. A principios de este año, los estudiantes del Miguel de Molinos, también en Zaragoza, protestaron por el frío en las aulas y el día 24 de enero pararon las clases durante unas horas como protesta por los problemas de la calefacción en los últimos cinco años. El frío se registraba en tres aulas de un edificio que fue cedido al centro tras la Expo 2008. Educación ya anunció que el nuevo sistema se iba a licitar y que también estaría disponible para el inicio del próximo curso.