El Departamento de Educación del Gobierno de Aragón ofrecerá a todos los centros de la comunidad la posibilidad de modificar sus horarios escolares, pero en ningún caso se trata de establecer la opción de la jornada continua, que está "totalmente descartada", según precisaron fuentes de la consejería.

La idea del Ejecutivo es dotar a los colegios de "flexibilidad" para que en función de sus necesidades, características, alumnado, familias y entorno diseñen un proyecto sobre los tiempos escolares que más le convienen. Ese proyecto saldrá adelante solo si es aprobado por la mayoría cualificada del censo de familias del centro --está por decidir el porcentaje--, por el Consejo Escolar y, en última instancia, por el Departamento de Educación.

La consejería no descarta que esta iniciativa se ponga en marcha el próximo curso. De hecho, ayer ya se trasladó el primer borrador a sindicatos y familias y, en diez o quince días, mantendrán una nueva reunión para empezar a trabajar de forma más incisiva en la cuestión. Para poder desarrollar este proyecto, los centros deberán cumplir una serie de requisitos, que son las líneas rojas marcadas por el departamento y que difieren del esquema que establecería un modelo de jornada continua.

MANTENER SERVICIOS

Así, se puede proponer un reparto de los tiempos escolares distinto al que se tiene ahora, pero el centro siempre deberá permanecer abierto las mismas horas que lo hace en la actualidad.

Por ejemplo, si un colegio imparte clases de 9.00 a 16.30 horas y por la tarde ofrece actividades, el nuevo proyecto del centro podría alternar este orden: primero las actividades y luego las mismas horas de clases, pero siempre respetando la hora de apertura: las 9.00. "En ningún momento podrá recortar tiempos", precisó Educación.

Del mismo modo, se deberán mantener los servicios de madrugadores (que permite llevar a los niños antes de que empiecen las clases) y las actividades complementarias, extraescolares y de refuerzo o apoyo escolar. También tiene que garantizar el servicio de comedor y de transporte. En el Monzón III, donde está implantada la jornada continua, el comedor no es obligatorio y quienes usan transporte se marchan a casa sin comer. Los gastos de cada proyecto correrán "exclusivamente" a cargo de los centros y, en ningún caso, de las familias y de la Administración.

Con este proceso, según precisaron fuentes de Educación, se persigue que los centros de Aragón "mejoren la atención al alumnado y facilitar modelos flexibles que promuevan la implantación de proyectos de innovación en las aulas".