La localidad zaragozana de Ejea de los Caballeros ha erigido en el cementerio municipal un monolito con el que rinde homenaje a siete de sus vecinos, que fueron deportados al campo de concentración nazi de Mauthausen debido a su compromiso en la lucha por la libertad y la democracia.

Pablo Aguas Muñoz, José Francés Jiménez, Mariano Laborda Arilla, Ramón Lacima Giménez, Ángel Lambán Abadía, Ignacio Parral Ripamilán y Santiago Raga Casanova son los ejeanos que pasaron por este campo de concentración austríaco, uno de los más grandes durante el régimen nazi.

Cuando el 5 de mayo de 1945 el campo fue liberado por las tropas estadounidenses, solo tres de ellos --Santiago Raga, Mariano Laborda y José Francés--, seguían con vida. El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ejeano también, asistió ayer a este homenaje, una iniciativa que calificó de muy oportuna y cargada de justicia y de sentido de la historia.

Lambán recordó emocionado a estos siete vecinos que después de vivir una "cruenta Guerra Civil", en la que lucharon del lado de la República, la democracia y la libertad, tuvieron que ir al exilio, se incorporaron a la resistencia y fueron deportados a este campo de concentración nazi. El presidente aragonés incidió en que la paz, la democracia y la convivencia de la que disfrutan hoy día "es algo que no nació solo". Y si hoy existe un espacio "de prosperidad y democracia" como la Unión Europea, dijo, es gracias "al sacrificio de estos hombres"..