El Consejo de Gobierno aprobó ayer el decreto por el que se regula la autorización para la instalación y uso de comederos para la alimentación de aves rapaces necrófagas con animales muertos y sus productos y se crea la red de comederos de Aragón. Los comederos están indicados para especies como el quebrantahuesos, alimoche, buitre leonado, águila real, milano real y milano negro.

Con este decreto, conjunto de los Departamentos de Medio Ambiente y de Agricultura y Alimentación, se pretende hacer compatible la conservación de las aves carroñeras con las debidas garantías de sanidad animal, en cumplimiento de la normativa europea, nacional y autonómica sobre subproductos animales no destinados al consumo humano.

Según la normativa, la instalación de comederos se permitirá cuando las necesidades alimenticias de la población de aves necrófagas de alguna de dichas especies no están suficientemente cubiertas en una determinada zona, en especial en aquellas incluidas en programas de conservación de especies amenazadas.

La instalación de comederos será promovida por el Departamento de Medio Ambiente, o por personas físicas o jurídicas, entes privados o públicos inscritas en el correspondiente registro público. El comedero deberá estar alejado tres kilómetros de núcleos urbanos.

En el caso de núcleos rurales, masías o edificaciones habitadas aisladas e instalaciones ganaderas de carácter permanente, la distancia se podrá reducir a dos kilómetros, mientras que su ubicación no deberá originar problemas de contaminación de aguas superficiales o subterráneas. El comedero no podrá instalarse a una distancia inferior a 1,5 kilómetros en línea recta de instalaciones eléctricas aéreas o de 3 kilómetros para las instalaciones de energía eólica, aeródromos y aeropuertos, ni a menos de 500 metros de carreteras principales o secundarias.

El comedero dispondrá de un cercado para evitar la entrada de animales terrestres, con una valla de al menos dos metros de altura.