-¿Ya han podido revisar todas las piezas que han llegado a Sijena?

No todas. Los técnicos están trabajando en el proceso de desembalaje. La semana que viene empezarán a identificar cada una de ellas y a diagnosticar el estado en el que se encuentran. Hay que agradecer tanto a los técnicos como a las fuerzas de seguridad su comportamiento en este caso.

-Aparentemente parece que muchas de ellas están en mal estado. ¿Cuál es la causa?

Un museo no es solo una sala expositiva. Tiene también funciones de conservación y de restauración. Por lo tanto, lo que ha hecho el museo de Lérida responderá a su política y su proyecto expositivo. Ellos decidieron coger las que consideraban de mayor valor patrimonial y de mayor vistosidad para su museo y olvidarse del resto. Pero me gustaría ser rigurosa para analizar concienzudamente el estado de las piezas, porque tenemos que ver cómo salieron del monasterio y cómo están ahora, años después. Aunque eso no sería excusa. Si salieron defectuosas la labor de un museo es conservarlas y restaurarlas. Y para eso han tenido muchos años.

-Una de las piezas desaparecidas ya ha sido encontrada, dos parece que no se van a ver nunca más... ¿Qué opinión tiene el Gobierno de Aragón al respecto?

Estamos ante una especie de misterio que denota la utilización política que hacen ellos del asunto. Conocimos a través de un medio de comunicación la recuperación de la pieza en lugar de comunicarlo al juzgado. Ese apego a los bienes que nosotros llevamos reivindicando desde hace tanto tiempo realmente no se correspondía con el respeto que le tenían a los propios bienes, pues los tenían todos ellos en el almacén. Y algunos de ellos, como estaban olvidados, solo descubrieron que los habían extraviado cuando fueron en su busca para devolverlos. Demuestra una gran dejadez por el patrimonio.

-¿Qué papel ha desempeñado el ministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo en todo este proceso?

Las instituciones nos debemos lealtad, independientemente del partido que gobierne. No son propiedad de los políticos. El respeto al servicio público debe prevalecer. El Gobierno de Aragón ha mantenido este respeto desde que el juez dictó la providencia del 15 de noviembre. Nosotros llamamos al ministerio y se le hizo llegar por todos nuestros medios al alcance. Incluso a través del aragonés Roberto Bermúdez de Castro que era a la persona que le tocaba coordinar el operativo en Cataluña. Tras el anuncio de que iba a trasladar la comunicación a la Generalitat y todo parecía que se iba a cumplir, en un gesto más mediático y político que concreto, se le volvió a llamar. Dijo que tenía la intención de cumplir, pero ahí se quedó. Finalmente el 1 de diciembre, tras la providencia que marcaba la fecha, le volvimos a llamar y no tuvimos respuesta. Me parece una falta de respeto a una comunidad autónoma que legítimamente quería conocer su situación.

-¿Cómo ha vivido los recursos sucesivos que se han presentado desde la Generalitat?

La reacción es de sorpresa absoluta. Va pasando el tiempo y vemos que no cumple la sentencia. Méndez de Vigo por un lado decía que se tenía que acatar pero por otro hacía lo contrario. Pero ya con los recursos nos quedamos chafados. ¿Cómo es posible que, además, estén boicoteando lo que reclama Aragón? Y la última ya ha sido casi kafkiana, casi cómica. Que una vez que los tenemos aquí digan que los tenemos que devolver por un defecto de forma y que pocas horas después lo retiren. Es inexplicable. El Gobierno de Aragón seguirá alerta porque este culebrón no para.

-¿Han perdido la confianza en el Ministerio de Cultura para el resto de acciones legales pendientes?

Creo que es más que evidente que el Gobierno de España se ha puesto de parte de las tesis de la Generalitat desde el momento cero. Públicamente no se han atrevido a reconocerlo, pero con sus acciones así ha quedado patente.

-¿El 155 ha sido la razón por la que hayan regresado los bienes al monasterio de Sijena?

No. Claramente no. Ya se ha visto. La CUP, ERC y JxCat se empeñan en decirlo porque quieren llevarse el ascua a su sardina. Se empeñan en que esto es una decisión política del PP para ganar las elecciones. Lo usan políticamente, pero hay que decir que es mentira. El 155 no ha ayudado absolutamente nada. Es más, el Gobierno de España, que es el que tiene las potestades ahora mismo en Cataluña, está perjudicando todavía más a Aragón. Es una obviedad muy grande que me sonroja incluso tener que explicar. La realidad es la que es.

-Una vez que están las obras en Villanueva, ¿cómo se va a mejorar el convenio con las religiosas?

La propiedad del monasterio es de una orden y las actuales religiosas están como inquilinas. La relación con ellas se tiene que respetar porque hacen una gran labor. El recinto es más fácil conservarlo si se está viviendo. Ellas quieren contraprestaciones que tenemos que estar negociando casi a cada momento, pero espero que se pueda llegar a un acuerdo y que no habrá problemas. Además, queremos firmar otro con las propietarias -la orden de San Juan, radicada en Vitoria- para dignificar el edificio. Las conversaciones con su letrado son muy fluidas.

-¿Estas negociaciones se concretarán en más horas de visita?

Tenemos que ir por partes. Hemos recuperado el legado expoliado y lo que tenemos que hacer ahora es redactar un plan director del monasterio. Ya se lo hemos encargado a los arquitectos que rehabilitaron el palacio de la Aljafería. Dentro de ese plan se abordará el proyecto museográfico que va a alojar estas piezas y más que puedan venir. Ya hemos encargado también el estudio sobre todas las obras del cenobio que están por el mundo, no solo en Cataluña. Habrá algunas que quizá podamos recurrir y otras en las que habrá que valorar nuestras posibilidades legales y también presupuestarias.

-Sin embargo, este plan director solo se podrá aplicar si la orden religiosa lo viera conveniente…

No hay que olvidar que es un monumento nacional con varias figuras de protección. Nuestra ley de patrimonio obliga a la administración pública a velar por los inmuebles y si están en manos privadas son las dos partes las que están obligadas a invertir. Seguramente la orden sanjuanista verá con buenos ojos que la inversión sea pública.

-¿Qué hará el Gobierno de Aragón para recuperar los frescos de la sala capitular?

Tenemos una sentencia en primera instancia que nos da la razón. Nosotros hemos solicitado la ejecución provisional y el juzgado la ha concedido. A esa petición se opuso la Generalitat, pero el juzgado ha considerado que no tiene causa. Ahora estamos esperando que vuelvan a avalar esa ejecución y marque fecha.

-Otro frente de conflicto está en los 112 bienes de la Franja. ¿Qué han hablado con el obispado?

En septiembre del 2015 el Gobierno de Aragón llamó a los obispos de Barbastro y Huesca para abordar este asunto. Vimos que la fórmula de la cesión de poderes es la que había ayudado a resolver el conflicto de Sijena, pues en aquella época ya había sentencias favorables. Siempre hemos hablado de esta fórmula porque no tiene que ver con la propiedad, solo con la titularidad. Desde entonces ya no sabemos nada. Esta semana hemos vuelto a intentarlo porque hemos trabajado mucho en este tema y nuestro letrado conoce perfectamente el recorrido legal. Esperemos que se pueda llegar a un acuerdo por el bien del patrimonio aragonés.

-Tras la devolución se ha comenzado a hablar de reclamaciones como la Dama de Elche... Además una orden religiosa de Castellón ha indicado que podrían iniciar acciones para recuperar 52 piezas que conservan las capuchinas de Barbastro. ¿Cómo actuar ante este tipo de litigios?

Desconozco esta petición en concreto. Sin embargo, es necesario reconocer que el patrimonio tiene mucho más valor en su contexto, en el lugar para el que fue creado. Es una forma de conocer la vida y las dificultades de las personas que levantaron los monumentos y las obras de arte. Eso sí, siempre con los límites del estado de derecho, evidentemente.

-Algunos colectivos les reprochan poca atención al patrimonio que está en Aragón...

Eso es verdad porque no tenemos el dinero suficiente. El presupuesto no es infinito y tenemos otras prioridades. Realmente quien estaba sufriendo perjuicios por la crisis y las políticas del PP era el patrimonio humano y los ciudadanos. Nuestra prioridad ha sido la dignidad de las personas. Cuando hay tantas necesidades no se puede cubrir todo. Pero estamos haciendo un esfuerzo importante y en algunos casos hemos buscado fórmulas imaginativas como la actuación en la estación de Canfranc.