El autismo afecta a uno de cada 150 niños aragoneses y su incidencia en varones triplica a la de las mujeres, según datos facilitados por Autismo Aragón, una asociación de padres sin ánimo de lucro que busca mejorar la calidad de vida de las personas con autismo o con trastornos generalizados del desarrollo.

Ayer, en la celebración del Día Mundial de Concienciación del Autismo, los afectados incidieron en la necesidad de aumentar la ayuda para este colectivo. "En Aragón existe una gran carencia de centros educativos para los niños autistas, también de profesionales especializados en tratarlos así como de investigaciones y programas adecuados para ayudarles", apuntaron desde la asociación.

El autismo se detecta en los primeros días tras el nacimiento si va unido a un retraso mental, pero si no lo hay, el diagnóstico se retrasa hasta los 18 meses de edad. "Cada niño es diferente porque, por ejemplo, unos disponen de lenguaje pero otros no", explicaron desde la asociación, compuesta por 103 familias.

Aunque los síntomas de autismo disminuyan con el crecimiento el trastorno no se cura. Para ello, los afectados apuntan a una serie de indicadores de alerta porque "los estudios nos han mostrado que un diagnostico e intervención temprana mejora la calidad de vida de aquellos que se encuentran en el espectro del autismo". Así, el menor uso del contacto ocular o que este raramente esté acompañado de una sonrisa o que el niño no responda cuando se le llama por su nombre, pueden ser indicativos de que un niño de 1 año de edad es autista.

A los 18 meses, el trastorno puede manifestarse si el niño prefiere jugar solo o si no pronuncia palabras simples a los 16 meses o frases de dos palabras a los 2 años. También puede alertar si parece sordo o es poco cooperativo o demasiado susceptible.