El Camino de Santiago en Aragón vive un preocupante declive desde hace 10 años. Las estadísticas facilitadas al final de la Ruta Jacobea indican que el año pasado solo el 0,53% de los peregrinos que alcanzaron la meta en Galicia habían seguido la Vía Tolosana o de Arles, que entra en España por el valle del Aragón y se une a la que baja por Navarra cerca de Puente la Reina.

Ese porcentaje representa 1.021 personas, muy pocas si se considera que en el 2012 completaron el camino 192.488 peregrinos. "La situación es mala", reconoce Francisco Javier Rapún, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Jaca, que considera que las administraciones deben implicarse más en la promoción del camino francés de Aragón, como también se denomina el recorrido.

"Hay que dar a conocer la Vía Tolosana tanto en España como en el extranjero", precisa Rapún, que apunta que, en los últimos años, han proliferado supuestos caminos de Santiago que, haciendo caso omiso de la historia, atraviesan lugares de la Península que no guardan ninguna relación con la auténtica Ruta Jacobea.

En este sentido, el presidente de la entidad elogia un reciente encuentro en Toulouse en el que distintas administraciones aragonesas contactaron con sus homólogos franceses para buscar formas de cooperación en la promoción del itinerario.

Con todo, el Camino de Santiago entre el puerto de Somport y Sangüesa no es poco frecuentado. Porque una cosa es hacer etapas sueltas y otra llegar a Santiago de Compostela. No menos de 10.000 personas lo recorren cada año y algunas de ellas pernoctan en los albergues de Jaca, Arrés y Ruesta.

"Hemos notado", comenta el presidente de la asociación jacetana, "que el tramo aragonés está perdiendo su sentido de vía de peregrinación para usarse más como una vía de recreo".

El uso lúdico de la Ruta Jacobea puede ser un signo de los tiempos, al igual que la difusa espiritualidad, no necesariamente cristiana, que guía a muchos de los caminantes actuales.

Pero lo cierto es que el Camino de Santiago en Aragón "ofrece alicientes para el recogimiento", como subraya Rapún. "No está masificado y se halla jalonado de monumentos", insiste, al tiempo que recuerda el carácter de Patrimonio de la Humanidad que posee esta secular vía de peregrinaje.