El Casco Histórico zaragozano ha lavado su imagen en los últimos años. Y buena culpa de ello la tiene la aplicación del Plan Integral del Casco Histórico (PICH), un programa que a partir de ahora deberá reinventarse y adaptarse a las estrecheces económicas y a la imposibilidad de realizar inversiones. Durante el 2011, gracias al PICH se invirtieron 6,2 millones de euros en el distrito, lo que supone que el presupuesto consignado para este plan se ha ejecutado al 96%. Una de las partidas más importantes --más de 1,5 millones de euros-- se corresponde con los proyectos vinculados al ARI (Área de Rehabiliación Integral), que fue asumida por Zaragoza Vivienda.

El consejo sectorial del plan se ha reunido recientemente y ha esbozado las líneas que definirán el próximo programa y que se resumen en una apuesta por las políticas sociales. Otro millón de euros se destinó al programa de rehabilitación de fachadas que se lleva a cabo en colaboración con la Fundación Federico Ozanam.

Esta es la línea que se quiere seguir en el futuro. La prioridad será proponer proyectos de integración sociolaboral para reducir las bolsas de pobreza. De hecho, en el distrito la petición de ayudas de urgencia se ha triplicado en el último año y alcanza a un modelo de ciudadano que hasta ahora no había necesitado este tipo de recursos. La intención del presidente de la junta de distrito, José Manuel Alonso, es continuar con proyectos como el exitoso Estonoesunsolar o con la rehabilitación de fachadas, aunque el futuro plan se concretará en un proceso participativo con la implicación de los ciudadanos.

ESPACIOS VACÍOS Este último programa se relaciona con otra de las líneas estratégicas que incorporará el próximo PICH y que pretende acabar con las situaciones de infravivienda que todavía se encuentran en el distrito. Para ello, sería preciso garantizar en el presupuesto partidas para la rehabilitación, cumpliendo además un doble objetivo, ya que es una iniciativa generadora de empleo.

También ambiciosa es otra de las propuestas que se plasmarán en el plan: dotar de usos los edificios que se encuentran vacíos, como Pontoneros, el antiguo instituto Luis Buñuel, el palacio de Fuenclara --desde el año 2002 cuando la propiedad pasó a ser municipal se han invertido ya más de 1,3 millones de euros en varias obras de consolidación--, la Imprenta Blasco o el edificio situado junto al Centro de Historia. Una vez más, las dificultades económicas marcarán esta ambiciosa propuesta.

Estas líneas estratégicas son solo el punto de partida, las propuestas iniciales, para la elaboración de un nuevo PICH que será eminentemente participativo. La junta de distrito Centro ha pedido ya esta misma semana estar incluida en el consejo sectorial del plan. Y el presidente del distrito ha mostrado en repetidas ocasiones su intención de que el proceso participativo para el nuevo PICH sea ejemplar. Eso a pesar de que el pasado jueves el PP reprobó a Alonso precisamente por haber propuesto en el pleno un estudio de peatonalización del Casco Histórico sin haberlo sometido antes al debate ciudadano.

Pero el Casco sigue un paso por delante del resto de distritos de la ciudad en algunas cuestiones. Por ejemplo en la iniciativa de elaborar una ordenanza específica para esta zona de la ciudad, de la que pronto se darán detalles.