«Como ha comunicado Endesa en el transcurso de la presentación del Plan Industrial 2017-2019, no se han planificado inversiones de adecuación ni ajustes a la normativa IED para las plantas de Teruel y Compostilla (León). Como consecuencia, tales plantas, en base a la normativa ambiental vigente y teniendo en cuenta las actuales condiciones del mercado, deberán ser cerradas antes del 30 de junio de 2020». Esta es la respuesta textual y oficial que Enel dio por escrito el pasado jueves en su junta general de accionistas celebrada en Roma. Respondió así a las preguntas formuladas por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), que ha cobrado protagonismo por haber actuado de mensajero de esta comunicación, que, aunque esperada, ha generado alarma social en Teruel. La abogada Ana Barreira, presidenta de esta oenegé especializada en derecho ambiental, participó y tomó la palabra en la reunión de accionistas de la compañía italiana, que es la propietaria de la eléctrica española Endesa. Está convencida de que la decisión no tiene vuelta atrás.

- ¿Qué es IIDMA y por qué estaba presente en la junta de accionistas de Enel?

- Es un centro de derecho ambiental. Trabajamos para poner el derecho al servicio de la protección y el medio ambiente. Desde nuestra fundación en 1997 hemos trabajado en muchos ámbitos con litigios ambientales y la elaboración de dictámenes jurídicos. Como parte de nuestro trabajo, abarcamos la transición energética, que pasa por finalizar el uso de los combustibles fósiles. Por eso estábamos en la junta de Enel, donde participamos en representación de accionistas italianos que delegaron en nosotros para poder preguntar por el carbón y otros asuntos.

- ¿El cierre de la planta de Andorra en el 2020 es irreversible?

- Creo que sí. No es algo que dice IIDMA, es la decisión que Enel nos comunicó y que nos pareció que era importante difundir. Esto es un tema serio: somos abogados, sabemos las consecuencias que podía tener comunicar algo que no es cierto. Me imagino que Enel habrá analizado todos los factores antes de tomar esta decisión. Pero es algo que ya se venía diciendo. Por ejemplo, Endesa en su plan estratégico indicaba que no iba a hacer inversiones para prolongar la vida de estas térmicas. Las centrales de carbón en España siempre están operando bajo excepciones para ir evitando las inversiones necesarias para cumplir con unos valores de emisión cada vez más estrictos.

- Endesa reclamaba un cambio regulatorio favorable al carbón nacional, ¿es posible aún?

- No sé a que se refieren cuando hablan del marco regulatorio. Los requerimientos sobre emisiones contaminantes no van a reducirse. Las ayudas públicas al carbón no son autorizadas por Bruselas. En lugar de perder energías en tratar de seguir con el carbón uno o dos años más, se deberían poner propuestas sobre la mesa y trabajar para ofrecer alternativas serias, con presente y futuro, para las zonas afectadas.

- ¿Por qué ni el Gobierno de España ni el de Aragón tienen una comunicación oficial de Enel o Endesa sobre el cierre?

- Lo desconozco. No sé las conversaciones que se producen en los despachos. - Esta compañía da la puntilla al carbón español en tres años pero seguirá quemando el de importación en otras térmicas del país. ¿Es contradictorio? - Lo que pasa que el carbón que se quema en Andorra es de muy baja calidad, con una nivel de azufre muy alto, y por lo tanto la inversión que se necesita es mayor.Además, no está claro que las minas españolas puedan seguir funcionando a partir del 2018. Pero el carbón importado también se va a acabar en un plazo quizás de unos diez años. Yo quisiera que todas las centrales de carbón cerrarán cuanto antes, pero la decisión de cerrar unas antes que otras entiendo que se debe a razones de índole económica.

- ¿Por qué debe desaparecer el carbón del mix energético?

- Las emisiones por la quema del carbón (dióxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre, partículas) son muy contaminantes y perjudiciales para la salud. Esto nos afecta, tiene unos costes: muertes prematuras, ingresos hospitalarios, días de trabajo perdido. IIDMA ha hecho un informe que cuantifica estos efectos en España y que en breve daremos a conocer. Además, hay unos compromisos internacionales asumidos, como el Acuerdo de París, que está haciendo que muchas empresas declaren su intención de descarbonizarse totalmente para el año 2020.

- ¿Qué alternativas propone para sustituir esta industria en zonas, como Andorra, que dependen económicamente de ella?

- No soy especialista en esos temas. Hay gente que trabaja en ello desde hace años y conoce muy bien el perfil del territorio de Teruel donde está la térmica de Andorra y saben las cosas que se podrían hacer y tener futuro en sectores como el agroalimentario. Hay propuestas buenas.

- Pero tres años es un plazo reducido para abordar esta reconversión.

- Posiblemente. Pero esto se sabía hace tiempo. No se han hecho los deberes a tiempo por parte de los agentes a los que correspondía y me refiero tanto a instituciones y gobiernos como empresas, sindicatos. Algunos han querido negar el fin del carbón, pero aferrarse a ello no tiene sentido. Nosotros no nos alegramos del cierre de la térmica de Andorra. Creemos que es una decisión acertada de Enel, pero sabemos de las implicaciones que eso tiene para las zonas que viven del carbón.

- ¿Qué opina de las duras críticas vertidas contra Enel por el ministro de Energía, Álvaro Nadal?

- Son declaraciones políticas. Entiendo su trabajo. Tiene que decir algo a la opinión pública. Pero no creo que sean correctas sus afirmaciones