El conflicto del autobús urbano de Zaragoza, la amenaza de huelga de los trabajadores programada para la segunda quincena y los 153 despidos ya consumados, van a marcar el inicio del nuevo curso político en el ayuntamiento, que comienza mañana con el regreso del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch. El mes de agosto ha sido intenso en la casa consistorial pero más se prevé que será el de septiembre, donde las tensiones laborales se trasladarán a las calles, afectando al servicio de autobús y a sus usuarios, en un momento clave que debería estar protagonizado por la urgencia de llegar a un acuerdo por los impuestos y tasas medioambientales (precios públicos). Con el ruido de las protestas de fondo tendrá que convencer a CHA e IU de que es posible un pacto por ellos y por el presupuesto, con una propuesta que, como muy tarde, debería recibir el visto bueno del Gobierno municipal antes de que finalice el peor mes de septiembre de los últimos años.

La polémica por el ERE que ha seguido a la adjudicación del nuevo contrato a Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZ) ha logrado eclipsar incluso el escándalo surgido en la sociedad Plaza, en la que es parte interesada, con una investigación de la Fiscalía Anticorrupción por medio por presuntas irregularidades en las certificaciones de la obra de urbanización y una supuesta malversación. Pero no es el tema estrella en la política municipal, sino el conflicto del autobús.

Los plazos para la negociación por las ordenanzas fiscales y el presupuesto para el 2014 están muy marcados y debería votarse en pleno en el mes de octubre. Así que ya se está negociando en paralelo con CHA e IU, aunque de momento solo sean contactos informales y con una tormenta de ideas sobre propuestas a plasmar en ese acuerdo. De momento solo tienen claras dos cuestiones muy importantes para el ejercicio 2014: que los ingresos procedentes del Estado pueden caer "en torno a diez millones de euros", según declararon fuentes próximas a la negociación a tres bandas, porque el Gobierno central recauda menos dinero y el consistorio más de lo que tenía previsto; y que hace falta avanzar en medidas de progresividad fiscal.

En este sentido, ya se augura cuál va a ser el tema estrella de la discusión: el recibo de la basura. Los esfuerzos y la imaginación se centrarán en él, porque los demás ya se exploraron en años anteriores. El del agua no debería subir y a los más necesitados les seguirá saliendo prácticamente gratis; y en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) será difícil que el alcalde no mantenga su promesa de que no subirá ni un euro para nadie. Aunque habrá que ver si IU no le exige que suba para las rentas altas y baje más para las más bajas o si CHA le consiente que la bonificación de hasta el 95% que prometió para el comercio del Casco no se amplía al resto de distritos.

Ha estado fuera de sillón de mando un mes y Belloch se encontrará a su regreso un conflicto en plena ebullición que desembocará en huelga indefinida si los acontecimientos no acaban dando un vuelco a la situación. Pero ahora nadie lo espera. Su responsable de Servicios Públicos, Carmen Dueso, se marchó justo después de realizar un esfuerzo en la negociación con la dirección y el comité de AUZ que planteaba cero despidos en el plazo de dos años.

ZONAS VERDES

Pero la foto final es que se fue justo cuando la empresa empezó a notificar los despidos a los 153 afectados. Y le siguió en el mando el titular de Acción Social, Roberto Fernández, que ha aguantado estoicamente durante dos semanas los envites del comité, de las críticas de la oposición y de la presión de la opinión pública en pos de una reacción diferente a la de su compañera Dueso que diera un giro de 180 grados a la situación.

Aún le dio el pasado jueves para lanzar un nuevo órdago a empresa y trabajadores para tratar de rescatar a los despedidos (aunque estaba en constante comunicación con Dueso). Pero el resultado, y la principal novedad ha sido que la amenaza de la huelga indefinida es más real que nunca. Incluso ya tiene fecha: el 16. Como para hablar de la subida del precio del transporte en el 2014. Llegará más tarde.

Además, el alcalde, que no reaparecerá en público hasta el próximo martes, antes de visitar el miércoles las obras del CaixaFórum, deberá prepararse para la resolución de otro contrato que avecina conflicto: el del mantenimiento de las zonas verdes. Quizá por eso la mesa de contratación no se reúne desde el pasado mes de febrero. Tener a conductores y jardineros en las calles a la vez sería demasiado para un otoño que se prevé caliente y tenso.