El ejercicio físico moderado consigue mejorar de forma casi inmediata la resistencia cardiorrespiratoria y el consumo máximo de oxígeno en las personas con síndrome de Down, tal como ha demostrado una investigación pionera que desde el 2005 desarrolla la Universidad de Zaragoza. De hecho, ambos parámetros son utilizados para realizar predicciones de mortalidad y sobre el origen de las patologías y por tanto permiten avanzar el estado de salud de una población.

Esta es una de las principales conclusiones que se han obtenido ya de la primera fase de la investigación Salud, Deporte y Síndrome de Down, desarrollada entre los años 2005 y 2006 con un grupo de unas 50 personas con esta patología, que practicaron ejercicio de baja intensidad dos días a la semana, y que incluyó estudios médico-deportivos.

EFECTOS BENEFICIOSOS El trabajo, que ha sido coordinado por el profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Casajús, y que ha sido posible gracias ala colaboración de la fundación Down, destaca los efectos beneficiosos del ejercicio físico tiene sobre el estado de salud de las personas con este síndrome, teniendo en cuenta que son más propensas a padecer problemas digestivos, cardiorrespiratorios, de movilidad, de coordinación, entre otros.

"Pocas veces una investigación aplicada consigue unos resultados tan satisfactorios, con una aplicación tan inmediata, a pesar de que hemos trabajado con una intensidad del 50%, y con ejercicios aeróbicos, mediante juegos divertidos", explicó el experto profesor Casajús en una presentación en la Universidad de Zaragoza, en la que se anunció el apoyo y respaldo institucional para continuar con una segunda fase.

A lo largo de dos años, el equipo de investigación determinará además la repercusión del deporte en una mejora notable de las relaciones personales, y el estado anímico de los participantes, tal como han relatado las familias en todos los casos.

Por otro lado, el coordinador del estudio insistió en la trascendencia del ejercicio y en concreto de este trabajo que permite combatir el actual sedentarismo de la sociedad, lo que conlleva un agravamiento de las patologías de la población, y en concreto de las personas con síndrome Down, que generalmente presentan mayor índice de inmovilidad.

La presentación contó ayer con la presencia de los representantes de la Fundación Down Zaragoza, la consejería de Ciencia, Tecnología y Universidad del Gobierno de Aragón, la Universidad de Zaragoza, el Instituto Aragonés de Empleo, la Diputación Provincial de Zaragoza y el Ayuntamiento de Zaragoza.

La directora gerente de la Fundación Down Zaragoza, Ruth Gonzalo, precisó que la propuesta del profesor Casajús sirvió para poner en marcha en el 2005 una escuela deportiva, que está abierta a todas las personas con discapacidad intelectual y que ha permitido iniciar a estas personas en el mundo del deporte "como una forma de encuentro y de mejora de la salud".

Gonzalo expresó que, hasta ese momento, las familias con personas síndrome de Down estaban "alejadas del deporte" y ahora pueden compartir actividades.