El copago irrumpió en Aragón sin estridencias y casi de puntillas. La implantación en julio y domingo evitó problemas, ya que solo en los Puntos de Atención Continuada (PAC) y en urgencias podían emitirse las recetas de medicamentos que debían retirarse en las farmacias. Así, ni hubo problemas con el sistema informático para los titulares y dependientes de las boticas ni tampoco excesivos contratiempos para los usuarios, más allá de alguna protesta o rechazo de la medida.

Pero, en líneas generales, fue casi "un domingo de guardia cualquiera", como apuntó Javier Sagardoy, titular de una farmacia en Vía Univérsitas. Eso sí, la aplicación del copago se había notado mucho más los días previos. "La gente ha venido estos días a retirar mucha medicación y, así como otros domingos venían a retirar recetas del viernes, hoy no ha sido así y solo hemos dispensado del día, procedentes principalmante de urgencias".

Sin embargo, el sábado sí se produjo un pequeño problema, ya que, según las propias boticas, la Administración "sacó antes de hora" las nuevas recetas que debían dispensarse desde ayer. "No sabíamos si valían o no porque dijeron que no las iban a sacar, pero lo hicieron y no teníamos muy claro si se podían dar o no", admitió Sagardoy. La cuestión pudo responder, según fuentes del Ejecutivo, a una primera prueba que el departamento realizó el día anterior a la instauración del nuevo sistema.

Pero el domingo fue "perfecto" también para la farmacia Morte, situada en Sagasta. Como es habitual, el establecimiento apenas tuvo respiro durante toda la mañana. "La gente no está asombrada porque ya viene informada acerca de si tiene que pagar o no y, si es así, qué cantidad debe abonar", indicaron desde la farmacia. Donde no hubo contratiempos es en el cobro. "El sistema informático ya te calcula la cuantía correspondiente y está gestionado el tipo de aportación de cada usuario".

Solo algún pensionista --hubo quien acudió sin dinero a la farmacia-- puso el grito en el cielo. "No es justo que ellos recauden en el acto lo que van a ahorrarse y a nosotros tarden meses en devolvernos la cantidad correspondiente si pasamos el límite de gasto", lamentó Andrés.

Pero el malestar también alcanzó a parados y empleados. "Se van a cargar el estado de bienestar", advirtió Sandra, pero también en este aspecto influyó la aplicación en festivo. "Tampoco tienen que pagar grandes cantidades", apuntaban desde un establecimiento. Un médico, que recogía su propia receta, asintió. "Hay enfado, pero durará cuatro días", dijo.

Hoy, con la actividad ya habitual, podrían producirse más problemas, aunque la Administración insistió ayer en su "satisfacción" por el estreno.

El copago establece un abono de medicamentos en función de la renta y afecta especialmente a los pensionistas que, por primera vez, asumen, la mayoría de ellos, un 10% del coste del fármaco.