La catedrática emérita de Filosofía Moral y Política de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Victoria Camps, participó el pasado jueves en el ciclo Trayectorias de la Universidad de Zaragoza. La que también fuera política en las filas socialistas entre los años 93 y 96, reclutada por Felipe González propone, en una de sus últimas obras publicadas, cambiar el modelo autonómico y apostar por el federalismo.

-Con el actual Gobierno en minoría del PP, ¿se retomará el debate sobre la España federal que parecía algo aparcado?

-Creo que sí, pero los indicios son muy débiles y van con mucha lentitud. En la pasada Conferencia de Presidentes se habló de que estaba abierto el diálogo, pero ninguna de las dos partes tiene muchas ganas de dialogar. Por ese motivo no parece que por ahora se pueda desbloquear.

-Parece que lo que sí que se abordará en los próximos meses será la reforma de la financiación autonómica.

-Es cierto. Existen aspectos que no requieren una reforma constitucional, de forma que su debate sería mucho más sencillo. Desde mi punto de vista, esta sería la mejor forma de abordar el problema. Con la financiación se pueden empezar a desactivar a muchos independentistas. No a todos, pero sí a una gran parte. Si se logra una financiación más satisfactoria o avances en reivindicaciones históricas como el corredor mediterráneo serviría para satisfacer algunas posturas que no acaban de ser independentistas, pero que no terminan de estar satisfechos. Esto les hace pensar que el independentismo puede servir para lograr reformas.

-¿Es viable reformular el modelo de Estado desde una perspectiva económica?

-Es una parte. Si pensamos solo en la cuestión territorial es necesario admitir que el capítulo octavo de la Constitución necesita una reforma y que el Senado debería ser una cámara de representación territorial. Pero son cosas muy a largo plazo, y yo creo que esta situación hay que empezar a solucionarla. España ahora mismo no tiene la suficiente fuerza para parar el proceso independentista ni Cataluña dispone de los medios para cumplir con sus pretensiones.

-¿Qué izquierda está más preparada para liderar la oposición? ¿La tradicional o la emergente?

-Creo que los dos partidos. Están en la oposición y lo que deberían es hacer un bloque. Incluso con Ciudadanos. Hay muchas reformas posibles y algunas ya se han comenzado. Deberían tomárselo en serio y comenzar a actuar.

-La división y el enfrentamiento interno parecen instalados tanto en Podemos como en el PSOE. En el caso de Podemos el debate está entre el populismo o el trabajo institucional. ¿No son compatibles ambas posturas?

-Creo que existe de fondo más una discrepancia personal que de ideas distintas. Y es algo que ocurre en todos los partidos. De hecho, cuando se discute sobre cuestiones de fondo suele trascender poco, no sé si será por culpa de los periodistas o de los propios políticos. Es una lástima que todos los congresos que se planteen orbiten sobre quién va a ganar, y esa siempre es una persona de la que realmente no se conoce qué plantea.

-Usted se involucró en el PSOE en una época también convulsa. ¿Cómo ve la situación actual de la política?

-Aquella etapa fue difícil, pero por otras razones. La corrupción fue una de ellas. Lo cierto es que ahora se ha producido una reacción que no tiene nada que ver con lo que ocurrió en aquella época. Se ha producido un despertar que ha sido aprovechado en términos que hemos acabado llamando populismo. Aquí hay unos partidos que ven una polarización entre el pueblo, que es el que debería tener voz y legitimidad para decidir lo que se debe hacer, y por otro lado un establishment al que habría que eliminar. Esta forma de enfocarlo es equivocada, porque además confunde a todos los populismos. Trump no piensa en el mismo pueblo que Podemos, es evidente.

-¿Cree que el PSOE no está dando respuesta a este malestar general ante la corrupción?

-Creo que ante la corrupción sí que se han puesto las pilas. Y existe una voluntad de más transparencia. Creo que también se ha producido una cierta vergüenza ante la actividad de los últimos años. Pero existen otros muchos problemas que requieren más debate y reflexión. Y considerar que son asuntos de estado, como el empleo, las pensiones o las grandes desigualdades.

-¿Existe algún grupo político que pueda asumir este liderazgo en el debate?

-Creo que la oposición puede hacer cosas, aunque tiene que abordar estos temas de verdad y tomar medidas. Pero requiere pensar en el largo plazo. Y el gran problema de la política española es que es cortoplacista. Y que solo piensa en los votos que se ganan y se pierden, y así se piensa muy poco en los problemas.

-Formó parte del equipo asesor que revisó el programa de Pedro Sánchez… ¿Cree que acabará presentándose a las primarias?

-La posición de Sánchez, desde fuera, porque no he vuelto a tener ningún contacto con él, la veo fatal. El que de momento está mejor situado es Patxi López y por ahora no se ve nada más. No creo que Sánchez esté en condiciones de competir.

-El debate de fondo también se está centrando en determinados proyectos personales...

-Ese es el gran error. Y lamento que hayan caído también los partidos que querían reformarlo.

-¿Y cuándo se tergiversa el debate político?

-En EEUU los medios están haciendo el examen sobre si le habrán dado demasiada cancha a Trump. Creo que una cierta discreción es buena para la política. Entre la política y los medios hay una complicidad que se refuerza mutuamente en la que se olvidan de la ciudadanía.