El juez ha dado la razón a la Asociación de Empresarios Hosteleros de Aragón (Apeha) y ha suspendido cautelarmente la instalación de las barras de la plaza del Pilar a tan solo una semana del comienzo de las fiestas, al considerar que la convocatoria no se publicó en el boletín oficial preceptivo y argumentar que suponen una "auténtica competencia desleal" a los establecimientos de la zona. Aunque cabe recurso, el Ayuntamiento de Zaragoza da por hecho, por lo ajustado de los plazos, que las barras no podrán instalarse para las fiestas, con el consiguiente perjuicio para la empresa que resultó adjudicataria.

De hecho, el grupo de hostelería Tanricamente, que ganó el concurso, se plantea ya iniciar acciones legales y, en su caso, pedir una indemnización al consistorio que, a su vez, perderá los 53.000 euros de canon que esta empresa pagaba por gestionar las barras. Según el responsable técnico de Tanricamente, José Tomás Cerezo, un centenar de puestos de trabajo se perderán si finalmente las barras no se instalan, además de los 60.000 euros que ya habían invertido en el equipamiento --ya se habían empezado a montar los aseos y las cocinas--. "Calculamos un perjuicio económico de unos 120.000 euros si tenemos que indemnizar por los contratos ya realizados", indica.

RECURSO El Ayuntamiento de Zaragoza anunció también ayer que interpondrá un recurso de apelación contra el auto --aunque los 15 días de plazo imposibilitan de forma efectiva la instalación de las barras-- y defendió "la corrección en su actuación a la hora de conceder la citada licencia, garantizando en todo momento la libre concurrencia y la publicidad exterior, así como el resto de trámites administrativos legales establecidos". Asimismo, desde el consistorio se destacó que la suspensión irá en detrimento de la limpieza del entorno y fomentará el botellón en la plaza, dada la ausencia de una oferta suficiente de servicio de hostelería.

Sin embargo, el juez encargado del recurso, Javier Albar, el mismo que tumbó el proyecto de la Romareda y el que dictó el auto en el que habla del "favoritismo indisimulado" del ayuntamiento hacia Interpeñas --en esta ocasión no hubo medida cautelar--, es muy tajante en su escrito.

En él detalla que "no consta publicación" del concurso y que las barras supondrían "auténtica competencia desleal" hacia los establecimientos del entorno, ya que suponen "desviar a las arcas municipales potenciales ingresos de los hosteleros que pagan impuestos municipales todo el año" y el componente de positivo de "atracción general" de las barras "está por ver".

MOLESTIAS El juez Albar también asegura en su auto que "se encuentra una ocupación excesiva de la plaza (...) con un foco de atracción de suciedad, bebidas que caen, vasos de plástico" y añade como argumento "el aumento de ruido y molestias a los vecinos, que ya es considerable".

Sin embargo, según fuentes municipales, la licencia para la instalación de las barras llevaba aparejada una limitación de horario de cierre paralelo a la conclusión del espectáculo diario (1.00 horas), por lo que "se garantizaba el cumplimiento del derecho al descanso de los residentes del entorno".

El propio alcalde Juan Alberto Belloch fue ayer en el pleno municipal muy crítico con el auto de Albar ante las críticas de los populares al teniente de alcalde de Cultura, Jerónimo Blasco. "Ya veremos quién se lleva el varapalo porque se trata de un juez muy particular", indicó el primer edil. Porque en la sesión plenaria se debatió también sobre el primer auto de Albar, sobre Interpeñas, que también daba un varapalo al procedimiento de adjudicación del recinto al considerar que Blasco ejerció un "favoritismo indisimulado". "En modo alguno dije quién iba a ganar una candidatura, sino que hice una reflexión, que trasladaré al juzgado", dijo Blasco.