Javier Solana, uno de los políticos españoles que más cargos de responsabilidad ha ejercido dentro y fuera del país, afirmó ayer que el modelo de la Transición española «puede necesitar algunos reajustes» aunque, matizó, se trataría de retoques «menores» si se compara «con el gran ajuste que fue pasar de una dictadura a una democracia».

Solana visitó ayer Zaragoza, precisamente, con motivo del homenaje a la Transición que realizó el Real Instituto de Estudios Europeos. Antes de comenzar el acto, el que fuera secretario general de la OTAN y del Consejo de la UE subrayó que la Transición resultó un proceso hecho «de una manera casi primorosa» y que en la actualidad «puede haber adaptaciones». Sin embargo, advirtió que los cambios en la Constitución hay que llevarlos a cabo «con mucho cuidado», ya que «es difícil de saber, cuando se abre el debate de una Constitución nueva, cómo se va a cerrar».

También se refirió a la crisis de refugiados, que «con la posición que tomó Alemania y algún que otro país, se han resuelto mejor las cosas de lo que cabía esperar». Para Solana, la situación ha resultado «distinta a la que se pensaba», cuando se anticipaba «un drama tremendo». Incidió que se trata de un tema «relacionado con una guerra, que es la de Siria», en la que Europa debería «haber hecho más por la paz».

Sobre el PSOE, señaló que el partido «tiene que adaptarse a una realidad nueva, que es la globalización», que exige adaptar las estructuras políticas, aunque se lamentó de que no lo está haciendo «casi nadie» a la velocidad que a él le gustaría.

En referencia a Cataluña, el exministro subrayó que «el camino elegido es totalmente erróneo», ya que «conduce a ninguna parte» y que en un país europeo que se quiere mantener en Europa «es imposible» la secesión.