El departamento de Educación del Gobierno de Aragón implantará, pese al rechazo total por parte de los cinco sindicatos de la Mesa Sectorial (CSIF, UGT, CCOO, STEA y CGT), el nuevo decreto que regula el régimen de interinidad del personal docente no universitario.

La nueva reunión que se celebró ayer entre ambas partes puso fin a un proceso de negociación que comenzó en junio y que, según los sindicatos, "ha estado presidido por una carente voluntad negociadora" por parte del departamento que, en su opinión, "no ha atendido ninguna de las propuestas sindicales ni tampoco las numerosas razones expuestas" en los encuentros.

Así, a partir del próximo curso, el interino que quiera acceder a la lista preferente --la primera a la que recurre la Administración para asignar una vacante y que es de nueva creación-- deberá aprobar la oposición. Además, si no quiere caer a la lista 1 --la inmediatamente inferior-- se verá obligado a presentarse y conseguir una nota mínima de un 5 en cada proceso que se convoque de su especialidad. Respecto a la baremación, Educación apunta que la nota del examen de oposición pase a contar un 40% de la nota final, lo que supone duplicar el porcentaje establecido hasta ahora (20%). Por contra, la experiencia, que venía contando un 55% del valor total pasaría a disponer de una consideración del 35%.

En este sentido, el secretario general de Educación, Agustín García Inda, apuntó que "no se deja de valorar la experiencia, sino que se da la oportunidad de trabajar a quienes han tenido una buena nota. Se garantiza que quienes se incorporen al sistema educativo público aragonés sean los mejores docentes", dijo. Para los sindicatos, la normativa "sobredimensiona el valor de la nota frente al valor de la experiencia docente, que queda reducida a la mínima expresión", apuntaron.