Fomentar la participación, recuperar edificios vacíos para usos sociales y seguir apostando por programas sociales que faciliten la vertebración social y eliminen las bolsas de pobreza. Estos son los principales objetivos que se ha marcado el presidente de la junta de distrito del Casco Histórico, José Manuel Alonso, para la redacción del próximo plan integral del Casco Histórico (PICH), dado que el actual concluye el próximo año.

El nuevo programa, que se elaborará por otros siete años, tendrá que superar el reto de la imposibilidad de realizar inversiones y de la crisis económica y tratará de reflejar las necesidades ciudadanas, que se plasmarán gracias un proyecto de participación por definir. De hecho, se están manteniendo ya conversaciones con la Universidad de Zaragoza para poner en marcha un nuevo sistema "para dar voz a la sociedad organizada" que no se convierta simplemente en un intercambio de correos electrónicos "de cara a la galería", asegura Alonso.

Otra de las prioridades será el uso de edificios vacíos, como Pontoneros, Fuenclara, el antiguo instituto Luis Buñuel o la Imprenta Blasco. "Es cuestión de gestión y no de un gran desembolso económico", asegura el concejal delegado del plan.

Los primeros pasos se darán ya la próxima semana. El miércoles se reunirá el consejo sectorial de seguimiento del PICH, que presidirá Jerónimo Blasco como responsable de Participación. El también concejal delegado del PICH, José Manuel Alonso, y la coordinadora de la oficina del plan integral, Ana Sanromán, expondrán las actividades, proyectos o intervenciones urbanísticas que se han impulsado en el 2011. Están invitadas a participar las asociaciones de vecinos del Casco, colectivos de comerciantes, la FABZ y la Unión Vecinal, representantes institucionales de la DGA y la diputación, de servicios municipales y patronatos, y entidades que desarrollan proyectos en colaboración con el PICH.

En la cita se evaluará la aplicación del plan y la ejecución de las cantidades asignadas al programa. Precisamente ayer Chunta Aragonesista criticó el "bajo" grado de ejecución de las partidas presupuestarias destinadas al PICH, especialmente en las referidas a intervención urbanística y social. "Las partidas urbanísticas se han reducido al mismo nivel que en el resto de la ciudad y las cuantías destinadas a políticas sociales han tenido un buen grado de ejecución", contestó Alonso.

INVERSIÓN En total, se han invertido 284,6 millones de euros desde el año 1997 en dos planes sucesivos. Para el primero se asignaron 142,6 millones, del que solo el 12% se destinó a proyectos sociales, de formación y empleo, y el porcentaje restante a compra de suelo, viarios, infraestructuras, patrimonio y vivienda. En el segundo plan, el que tiene vigencia hasta el año que viene, el presupuesto fue de 81,3 millones de euros, aunque se incrementó hasta los 142 millones con los 30 millones de los fondos FEIL, el convenio bilateral para la rehabilitación de las zonas ARIS con 15 millones, la ordenanza de rehabilitación con 24 millones y el millón de Estonoesunsolar.

Otro de los objetivos será el mantenimiento y ampliación de programas sociales que ya han tenido una buena acogida, como el proyecto Mimbres de conciliación familiar-laboral, refuerzo escolar y alfabetización digital para mujeres o el proyecto Amediar para resolver conflictos.