Nuevas Generaciones, del Partido Popular, anunció el pasado jueves su marcha del Consejo de la Juventud de Zaragoza, acusando a su órgano de dirección de ser "sectario", pero en su salida deja tras de sí una deuda de 1.500 euros que aún no ha abonado. Un rifirrafe de difícil solución.

El Secretariado del Consejo de la Juventud de Zaragoza lamentó el "abandono unilateral" de Nuevas Generaciones por irse sin haber accedido a buscar soluciones y sin que haya pagado una cuota extraordinaria que debía, a diferencia de otras entidades más pequeñas y con menos recursos económicos, que sí ha dado con una solución. Y pese a que los conservadores son miembros fundadores.

A juicio del consejo, todo responde a una estrategia del PP estatal, que está cerrando los consejos locales y autonómicos de Madrid, Baleares y Cantabria, y ha recortado un 96% el presupuesto al de Aragón. Nada que ver con la utilización "sectaria" de la que les acusaba Nuevas Generaciones al anunciar su marcha, según su presidente, Alberto Baños, quien aseguró que "la cuerda se ha roto" por esa derrama de 1.500 euros con la que pretendían asumir el pago de una deuda bancaria de 40.000 euros, generada en los últimos 20 años.