El Partido Popular demostró hace tres años, cuando estaba en la oposición, un inusitado interés por el Instituto de Cambio Climático que ahora ha enterrado bajo el paraguas de los recortes. Este ente, prometido por el Gobierno socialista de Zapatero tras la celebración de la Expo, nació ya mal dotado económicamente y ahora han sido los populares los que certifican su defunción. Sin embargo, hace menos de tres años, las Cortes de Aragón aprobaron una iniciativa popular que pedía el impulso de este instituto.

El autor de la iniciativa --hoy en el Gobierno de Aragón-- fue Javier Gamón, quien cerró su intervención diciendo: "Esto puede ser (la escasa dotación presupuestaria) un ejemplo más de la estrategia que lleva el señor Zapatero con Aragón, que es la siguiente: prometer, retrasar y olvidar, para luego no cumplir. Esperemos que eso no sea lo que ocurra con el instituto".

No ha sido Zapatero, sino Mariano Rajoy, quien finalmente ha decidido no continuar adelante con este ambicioso proyecto, a pesar de la confusa nota de prensa que el pasado viernes emitió la Delegación del Gobierno en Aragón para decir que está "en proceso de revisión". En esa nota, llena de perífrasis eufemísticas, se viene a confirmar el cierre de este proyecto, salvo que sean otras instituciones quienes lo pongan en marcha.

El inusitado interés que tenía el PP en la oposición por este proyecto y que ahora parece haber perdido en su afán por reducir los entes públicos, queda demostrado en algunas de las declaraciones que hizo el entonces diputado Gamón en su defensa de esta iniciativa, en el pleno del 30 de septiembre del 2010: "Solicitamos el apoyo de esta Cámara a esta iniciativa, que nos permitirá trasladar al Gobierno de la nación que estas Cortes y este Gobierno de Aragón están apoyando firmemente el proyecto del instituto y que, desde luego, de una vez, tiene que ponerse en marcha".

Eso era en el 2010, cuando ya había crisis económica. Sin embargo, es ahora cuando se ha decidido el final de este proyecto sin que el Gobierno de Aragón haya mostrado su oposición contundente.

Ahora se abre la incógnita acerca de lo que ocurrirá con el Pabellón de España, uno de los edificios más emblemáticos de la Expo, que lleva ya cinco años en desuso. Lo mismo sucede con el de Aragón, con la Torre del Agua o el Pabellón Puente. La falta de inversión pública y el desinterés de los gobiernos los han dejado en la estacada.