-¿Qué le ha parecido el nuevo Gobierno?

-La composición del Gobierno ha sorprendido a todo el mundo, incluso a muchos socialistas que pensaban que Pedro Sánchez iba a hacer otras cosas. Hay que reconocer que las expectativas, incluso lo ha admitido gente de mi partido, son buenas, con buenos fichajes y gente muy capacitada para desempeñar esos puestos. Ahora habrá qué ver cómo trabajan. Esto es como un equipo de fútbol y tendrán que actuar como un equipo. Veremos.

-La moción de censura fue un shock para el PP, parecía que no esperaban que prosperara...

-A raíz de la sentencia del caso Gürtel, la moción de censura se fragua de forma muy rápida. Creo que al principio nadie nos podíamos imaginar que el PNV, que acababa de apoyar nuestros presupuestos, iba a votar a favor de la moción. A la segunda semana, cuando entablamos negociaciones con ellos para ver el sentido de su voto, nos dimos cuenta de que la decisión que habían tomado era firme. El hecho de que Ciudadanos dijera que la legislatura estaba terminada y que iba a haber elecciones anticipadas, fue decisivo para que el PNV optara por apoyar la moción antes de ir a una nueva convocatoria de elecciones.

-Usted fue uno de los dirigentes populares que encajó con elegancia la derrota y el uso de la moción de censura como herramienta democrática, alejándose de algunas declaraciones grandilocuentes que relacionan la moción con independentismo, ETA y demás discursos del miedo... ¿Entiende la posición del PSOE? ¿Y la de Ciudadanos?

-Ciudadanos es el gran perdedor de esta moción de censura. Para el PP es muy doloroso haber perdido el Gobierno, pero ellos han jugado el papel de jueces de la vida política española y de la noche a la mañana se han quedado sin ese juguete. Solo hay que ver la reacción que han tenido en las últimas semanas. Están desaparecidos y su mensaje ha caído en credibilidad. En cuanto a la moción de censura, es una herramienta legítima, democrática y que está al servicio de la oposición cuando considera que debe utilizarla. Ya está, hay que verlo con naturalidad democrática, sin más aspavientos. Por mucho que pueda doler el resultado.

-¿Cree que Rajoy debía haber dimitido antes?

-Rajoy tenía la convicción muy seria de no dimitir. Creía que si lo hacía se podía malinterpretar como una renuncia o un abandono en un momento complicado del partido que él lideraba. Lo que habría sido un dislate es que hubiera dimitido en mitad de la moción de censura, como algunos reclamaban. Ha tomado la decisión que creía más conveniente y mejor para todos.

-¿Qué espera del congreso extraordinario del PP?

-El PP tiene que hacer una reflexión interna muy profunda. Debe ver qué ha fallado en los últimos años, debe adaptarse a los nuevos tiempos, crear una estructura diferente y más cercana y sobre todo tiene que hablar, dialogar. Hay un vicio en política, en la mayoría de los partidos, también en el mío, que es destacar que lo importante es no hablar. Yo creo que es todo lo contrario. Hay que hablar y lo importante es llegar siempre a acuerdos.

-Usted ha sido el responsable de gestionar la crisis política más importante que ha vivido España en los últimos 40 años junto al 23-F, como es la declaración unilateral de independencia y la gestión de la aplicación del artículo 155. ¿Qué experiencia extrae?

--Como experiencia personal, irrepetible. Primero por el apoyo de la gente. Nadie se puede imaginar el montón de mensajes de solidaridad y apoyo que he recibido. De todos los colores políticos, de periodistas, de funcionarios... Esto tiene un valor incalculable. A nivel político, estoy de acuerdo en que era el mayor desafío político al que nos enfrentábamos como sociedad en los últimos años. Ha sido duro, ojalá no se vuelva a repetir, pero ha sido una experiencia muy enriquecedora.

-La situación ha mejorado o empeorado desde que llegó?

-Cuando llegamos a Barcelona el 28 de octubre, la delegación del Gobierno estaba sitiada, y rodeada de cientos de vallas concéntricas. Parecía que llegábamos a Beirut. Cuando nos fuimos, no había ninguna. Si hablas con empresarios, funcionarios, el tercer sector o ayuntamientos, están satisfechos con lo que hemos hecho, que ha sido gestionar el día a día del ciudadano En cambio, creo que socialmente Cataluña no está mejor que antes. Siempre que haya una sociedad divida al 50% y una de esas dos partes pretenda imponer su criterio a la otra, la fractura existirá. Hay una presión inaguantable con las escenas de las cruces amarillas y otras dignas de otra época. Y sobre todo, una cuestión que denuncio y que es por la que más críticas me han llovido en Cataluña, es que mientras haya dos medios de comunicación pagados entre todos que se dedican a dividir la sociedad y difundir mensajes con un sectarismo fuera de lo común, pues no habrá remedio. Cuando nos quejamos de la televisión pública aragonesa y pienso en la TV3 no puedo dejar de pensar en lo que es realmente propaganda.

-¿Le parece bien que Sánchez dialogue con Torra?

-Es su obligación.

-¿Ustedes dialogaron lo suficiente para evitar esta crisis?

-En la época de Puigdemont cualquier tipo de diálogo fue imposible. Artur Mas nos dio un documento con una serie de puntos que estudiamos en profundidad. Lo trabajamos mucho e intentamos dar solución a muchos de ellos. Puigdemont ni siquiera nos dejó intentarlo.

-Usted que ha sido mano derecha de Soraya Sáenz de Santamaría, cree que debe dar un paso al frente para liderar el PP?

-Es una decisión muy personal. Solo puedo decir que es una persona muy preparada, con un gran sentido de Estado y que sería una perfecta candidata y una gran presidenta del PP.

--¿Por qué le han caído tantas críticas en los últimos días dentro del PP?

-Porque está en las quinielas y la política es así. Cuando el tema va mal, las ratas enseguida salen de su madriguera.

-Haga lo que haga, lo hará sin usted, ya que tiene muy claro que deja la primera línea política. ¿Por qué?

-Como ya sabían algunos de ustedes, llevaba tiempo pensando que debía dar un paso atrás y qué mejor momento que este. Llevo en política el tiempo suficiente para saber que no conviene eternizarse. Me debo a mi familia y en estos tiempos siento que han estado un poco abandonados. Tengo dos hijas muy pequeñas y me quiero dedicar a ellas y a la vida privada.

-Ha conocido la gestión en las tres administraciones, la local, la autonomica y la estatal. ¿Con cuál se queda?

-Sin duda, con la autonómica. La local fue muy poco tiempo y en la vida política nacional vives alejado de la realidad de las personas. El administrado está muy lejos. En la autonómica puedes realmente cambiar la vida de los ciudadanos. Puedes hacer una sanidad mejor, unos servicios sociales mejores, una educación mejor, una Justicia mejor... eso intentamos cuando estuve en el Gobierno de Aragón, y guardo recuerdos imborrables.