Primer día. Y como todo inicio la desorientación se dejó notar. "Oiga por favor, ¿dónde está la zona de Rayos?", preguntó una mujer. El nuevo Inocencio Jiménez de Zaragoza, en la avenida Navarra, abrió ayer sus puertas al público entre el "caos" del comienzo y la "satisfacción" por estrenar un centro de especialidades moderno, más amplio y que dará cobertura a una población de 300.000 aragoneses. "Vamos hasta arriba y haciendo todo lo posible para que la gente no se pierda. El primer día siempre es duro", señaló una celadora.

Los pacientes fueron llamados por megafonía a su cita correspondiente y, en todos los casos, fueron indicados y acompañados por personal sanitario hasta la consulta. "Se agradece, porque para quienes ya tenemos una edad es difícil ir solo y saber donde están las cosas cuando todo es nuevo", señaló Juan Banzo mientras esperaba para ser atendido en Traumatología. "La verdad es que el otro edificio era muy viejo y seguro que esto, conforme pasen los días, echara a andar bien", apuntó Fuensanta desde la sala de espera de la 1ª planta.

Tampoco faltaron los imprevistos. Y es que hubo algún ascensor averiado en torno a las 11.30 horas que provocó cierto malestar entre algún usuario que, con muletas, se vio obligado a bajar por las escaleras.

"El centro me parece extraordinario, pero he ido al baño y no hay perchas, así que he tenido que dejar el abrigo en el suelo. No me parece lógico", comentó Andrés Pinilla, quien se trasladó desde Casetas para una consulta en Reumatología. Además, el acceso al nuevo Inocencio Jiménez fue "complicado" para algunos usuarios. "Mi madre tiene que volver a la residencia en ambulancia y la estamos esperando. No tienen parada como tal, así que no sabemos muy bien donde ir", señaló Paquita Martínez. Y es que la ausencia de una zona de estacionamiento para vehículos es otro reclamo entre los pacientes y conductores. De hecho, el área de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza tiene prevista una reunión con la Asociación de Taxistas para habilitar una zona de aparcamiento.

Ayer, los taxis se detuvieron en la puerta del centro y, en varios casos, los celadores se acercaron con sillas de ruedas hasta los pacientes para ayudarles a acceder al edificio. "Que haya un carril bici justo entre la calzada y la acera es un problema. Deberían cambiarlo", señaló Leopoldo Sánchez.