El sargento David Fernández Ureña, fallecido este viernes en Afganistán cuando trataba de neutralizar un artefacto explosivo improvisado, será condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo durante las honras fúnebres que está previsto que se celebren este domingo en Zaragoza.

Este distintivo se concede a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y que conlleven unas dotes militares o de mando significativas.

La funeral por el sargento bilbaíno será oficiado el próximo domingo en la base de 'San Genís', sede del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros número 12, a la que pertenecía. Está previsto el ministro de Defensa, Pedro Morenés, acuda al acto para acompañar a la familia.

Asimismo, acudirán el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, general de Ejército Jaime Domínguez Buj y el comandante del Mando de Operaciones, almirante Teodoro López Calderón.

Un avión viaja ya a Herat para repatriar el cadáver

Un avión del Ejército del Aire ha despegado hacia la base de apoyo avanzado de Herat en Afganistán para la repatriación del cadáver. Durante el vuelo de regreso a España, el cuerpo sin vida del sargento será acompañado por un oficial, un suboficial y un soldado, todos ellos miembros de su equipo, junto al general de Brigada Francisco Rosaleny Pardo de Santayana, adjunto al Comandante del Mando de Operaciones, que se ha desplazado a Afganistán para la repatriación.

Tras una ceremonia de despedida de sus compañeros de la Agrupación española en Afganistán, el avión del Ejército del Aire trasladará los restos mortales del sargento a la base aérea de Zaragoza, adonde tiene previsto llegar a última hora de la tarde de mañana sábado.

Las exequias del sargento David Fernández Ureña se celebrarán en Granada, por deseo expreso de su familia. El sargento, que tenía 35 años y estaba soltero y sin hijos, era natural de Bilbao, pero desde muy joven vivía en Granada con sus padres, por lo que residió aquí buena parte de su vida.