El exministro socialista de Defensa José Bono calificó el accidente del Yak-42, en el murieron 62 militares que regresaban de Afganistán, como un "gravísimo episodio de corrupción".

Lo hizo durante la presentación de su nuevo libro, en forma de diario, en el que repasa todo lo acontecido durante su mandato al frente de esta cartera ministerial, antes de que abandonara el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero por sus discrepancias con el Estatuto de Cataluña. De hecho, este libro se lo dedica a la memoria de los fallecidos.

Bono señaló que se pagaron 149.000 euros del presupuesto del Estado para alquilar un aparato que costó 38.500 euros. Hecho que le hizo preguntarse sobre quién se quedó la diferencia. También lamentó que este siniestro sacara a la luz las irregularidades en los seguros de vida, ya que, aunque España lo pagó, no se llegó a contratar.

VIAJE

El exministro criticó el tratamiento que se hizo a los fallecidos y a sus familias porque "si en ese viaje hubiesen ido políticos, periodistas o jueces, no se hubiera llegado ni a contratar ese avión".

Todo ello, según su opinión, hace pensar que "debió ocurrir en otras ocasiones que no se investigaron porque los aviones no sufrieron un accidente".

Bono aprovechó la cercanía de las elecciones para aseverar que en una democracia la representación de los ciudadanos recae fundamentalmente en los parlamentos y que esta no puede estar exclusivamente en las manifestaciones o las asambleas.

No obstante, lamentó el sistema electoral porque "es un disparate que para que una persona sea diputado tenga que hacerse amigo de quienes hacen las listas antes de quienes las votan". A su juicio, el actual sistema "aleja a los electores de los elegidos y priva de autonomía a los diputados".

Bono aprovechó además para decirle a su partido que haga autocrítica y evitar que sea "un sumatorio mecánico de los partidos regionales más que un partido de corte unitario y nacional".