La Expo 2008 ha hecho mucho daño al colectivo gay de Zaragoza. Fundamentalmente, porque con la urbanización del meandro de Ranillas y el acondicionamiento de las dos orillas del Ebro para abrirlas al disfrute de todos los ciudadanos se ha acabado con los principales focos de encuentro y contacto entre ellos. "Durante muchos años, el meandro fue un lugar donde ver y dejarse ver, después de que hubiese que abandonar la plaza de Los Sitios y otros lugares céntricos de Zaragoza por las agresiones que sufrieron algunos compañeros por parte de pandillas de skin heads", explica Chusé Aliaga, de Towanda. Ahora, además de los bares de copas, los aseos públicos de los centros comerciales más céntricos de la ciudad siguen siendo lugares de fácil identificación entre unos y otros. Aunque para quienes prefieren directamente pasar a la acción, siempre están abiertos los cuartos oscuros. En fin de semana y entre semana", añade Aliaga. No se trata de puticlubes masculinos, sino de locales situados en el entorno de la avenida César Augusto donde se practica sexo anónimo entre los asistentes. Estos espacios son para hombres, porque ellas siguen optando por los bares y las excursiones de fin de semana que organizan los colectivos.