--Ha adquirido una notoriedad estupenda...

--Sí, pero contra mi voluntad porque esto llevaba dos meses y medio funcionando y era un secreto. Pero alguien se fue de la lengua y se dio a conocer...

--Para ser comunista tiene un comportamiento muy cristiano.

--Sí...

--¿Y eso como se come?

--Lo empezamos con Manolo, el párroco del Portillo, que es amigo mío. Le comenté si habría posibilidad de dar una comida a ocho personas diariamente.

--¿Y por qué se dirigió al párroco?

--Porque yo no sé quién está en esa situación tan delicada. Ese control lo lleva Cáritas, que selecciona a la gente. Esa gente me viene, me enseña un papel para saber que son ellos y les doy la comida.

--¿De dónde sacó esa propuesta?

--Yo sé por Manolo que en el barrio hay un 20% de ciudadanos que viven en el umbral de la pobreza. Nosotros tiramos cada día comida del menú, con lo cual, ¿por qué tirarla? Esto ya lo hicieron mis padres en los años 50, con la gente de la Gravera. No es nada nuevo...

--¿Ha consultado con colegas por si pueden hacer lo mismo?

--Cáritas está hablando con el gremio de restaurantes por si se puede hacer, pero no es sencillo.

--Su relación con el cura del Portillo parece sacada de la novela de Papini, Don Camilo

--Sí, ¿no dicen que Cristo fue primer comunista? El mensaje Evangélico está claro, es un manifiesto.

--Sé que no le hace gracia que publicitemos su acción.

--Claro, como dice Jesucristo, que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda... política. Cuando el Estado no asume su obligación con la sociedad, tiene que ser la sociedad civil la que asuma ese papel. Sobre todo para que ses les caiga la cara de vergüenza.

--Y estamos en este caso.

--Hombre, yo creo que es un acto de solidaridad decirles a esta gente que aunque estén pasando un mal rato, que compartimos su dolor y nos preocupa.

--Porque de pronto parece que estamos haciendo verdugos a los parados y emigrantes.

--¡Hombre! La deuda la ha generado la banca por su codicia, y la está pagando el pueblo. Lo vamos a pasar mal porque esta situación no va a mejorar a corto plazo; en realidad va a empeorar. Y la ciudadanía va a tener que adaptarse a esta situación. El que no pueda tendrá que coger la maleta y a emigrar, como sucedió en los años 50-60. Por una historia que no hemos generado nosotros.