Ocho siglos y un año han pasado desde que Isabel de Segura y Diego de Marcilla brindaran una de las historias de amor más icónicas a la humanidad. Sin embargo, el paso del tiempo no hace merma en la leyenda, ya que cada año la capital turolense regresa a lo grande al siglo XIII para conmemorar el amor y la tragedia de Los Amantes. Precisamente, la edición del 2018, la número 22, vivió ayer la boda entre Isabel y Pedro de Azagra, uno de los momentos clave en la historia que toda la ciudad celebró... menos la novia, claro. Además, la actriz Luisa Gavasa dio luz verde a un intenso fin de semana con la lectura de un pregón centrado en el amor entre padres e hijos.

Miles de personas ataviadas con los trajes de la época, música, desfiles, exhibiciones y otras muchas actividades se sucedieron ayer en una jornada muy completa que comenzó temprano, a las 9.30 horas, con la apertura del campamento y el mercado. La comitiva nupcial avanzó por las calles de Teruel a mediodía para acabar su recorrido en la plaza de la Catedral, lugar en el que Isabel de Segura y Diego de Azagra contrajeron matrimonio ante los ojos de cientos de asistentes. Así, los espectadores pudieron contemplar el inicio de la historia que entre hoy y mañana encontrará su trágico y romántico desenlace.

Al concluir las nupcias, la actriz zaragozana Luisa Gavasa leyó el pregón desde el balcón consistorial, donde estuvo acompañada de la alcaldesa de la ciudad, Emma Buj, y el presidente del PP aragonés, Luis María Beamonte, entre otras personalidades. Gavasa reclamó en el poema que recitó la libertad para vivir su vida que deben tener los hijos: «Si Isabel hubiese podido elegir, no estaríamos aquí», señaló.

La actriz, vestida con elegente ropa medieval, agradeció a la organización por brindarle la oportunidad de leer el pregón y felicitó a los turolenses por esta celebración. Además, destacó la importancia del amor, incluido el familiar. No quedaron ahí sus palabras, sino que también recitó emocionada un poema de su tío, el turolense Leocadio Brun, titulado El beso.

Entre la multitud de actos que se celebraron ayer, además de la lectura del pregón y la boda, destacó como novedad la escena Encuentro de las dueñas, que mezcla el 800 aniversario del Monasterio de Piedra con la polémica del regreso de los bienes y el Monasterio de Sijena. Esta escena recreó cómo ambas congregaciones acuden a Teruel para conseguir financiación para sus cenobios, ofreciendo el suelo sagrado para acoger los restos de la familia Azagra cuando murieran.

Hoy continuará el programa de actividades, que comenzarán a las 10.30 horas. El acto principal tendrá lugar en la plaza del Torico, donde se recreará la llegada, la captura, el encuentro con la familia y la muerte de Diego de Marcilla, a partir de las ocho menos cuarto de la tarde.