Susto en la localidad zaragozana de Caspe por un accidente con sustancias peligrosas que, afortunadamente, pudo ser controlado a tiempo. Sucedió en una empresa en la que se rompió una válvula de un depósito que contenía en su interior ácido clorhídrico. Esta incidencia provocó que se produjera una fuga de unos 9.000 litros de este, que tras la intervención rápida, pudo quedar confinado en una cubeta pero que, al ser muy corrosivo y tóxico, obligó a activar el preceptivo protocolo de seguridad para casos en los que hay presencia de este tipo de sustancias.

A la empresa caspolina se dirigieron los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), que tuvieron que intervenir alertados por la fuga de este ácido. Según informaron fuentes oficiales del cuerpo provincial, este se encontraba diluido al 32%. Aunque el líquido vertido era muy corrosivo y podía emitir vapores tóxicos.

El aviso se recibió a las 8.15 horas y los bomberos de la DPZ acudieron con el vehículo de intervención rápida (VIR) y una dotación del parque de Caspe y el furgón NBQ del parque de La Almunia.

Una vez allí, procedieron a balizar la zona y aislarla para evitar el riesgo de que los vapores corrosivos se pudieran propagar. Protegidos todos ellos con un uniforme especial antisalpicaduras. Además, el hecho de que se tratara de una zona al aire libre facilitó que se diluyeran rápidamente. Pero hasta la llegada de un vehículo especial no pudieron aspirar los 9.000 litros de ácido del recipiente de contención donde se había vertido el ácido, así como limpiar la cubeta de los restos tóxicos.