La Audiencia de Zaragoza celebra desde ayer el juicio por la operación Hispania, en la que la Policía Nacional abortó el resurgimiento del clan de narcos colombianos de los Zapata en España, tres años después de su desmantelamiento, y decomisó 32 kilos de pasta base de cocaína oculta en sofás importados que, junto a los 2.400 litros de químicos aprehendidos, hubiesen dado para fabricar unos 120 kilos de droga.

De los ocho acusados, el presunto líder de los resurgidos Zapata en España, William S. O., alias Vito, está en paradero desconocido, se sospecha que fugado a su Colombia natal. Pero el que supuestamente iba a ser su enlace para trasladar la infraestructura a Zaragoza, David Guillermo N. V., asumió ayer la responsabilidad de la droga, aunque con matices.

A este lo conoció como Rami, y según explicó era un señor «muy pudiente y educado», de gustos caros, al que hacía de cicerone en Salou, donde residía, y la Costa Dorada. Entre juerga y juerga fue sospechando que era narcotraficante y en un momento dado le dijo que tenía «un gran problema» y que le hiciese «un favor», por el que se llevaría «entre 70.000 y 80.000 euros». Consistía en guardar objetos, pasta base de coca y químicos, según supo luego. Consideró que era un asunto «delicado» en el que no se podía «echar para atrás», por dinero y por «temor».

A partir de ahí, afirmó que fue «engañando» al resto de los acusados, salvo a su hermano, Juan N. V., al que desvinculó totalmente de la operación. Ciertamente, aparte de vivir en Utebo, cerca del chalet de la urbanización La Marlofa donde supuestamente iban a fabricar la droga, las conversaciones telefónicas entre ambos no eran muy clarificadoras.

MANDADOS

Al resto, explicó, les fue pidiendo que le hicieran «portes» o le guardaran cosas, «pagando bajo» para que no sospecharan que era ilegal. Así pasó por ejemplo con Carlos A. G., discapacitado psíquico al que pagaban con cocaína para proporcionarles los productos químicos, aprovechando que trabajaba en una tintorería. Así lo confirmó él, desdiciéndose de lo que declaró ante la Policía y el juez instructor.

Los acusados que vivían en Cataluña, Gildardo de Jesús M. G. (tío de Vito) y Carlos Daniel M. O., se desvincularon también de la trama y afirmaron que la droga que tenían era para ellos.

Solo Milton M. O. reconoció que vendía droga en Zaragoza, a pequeña escala, entre otros al tintorero, pero exculpó a su mujer, también acusada.

Fiscalía pide inicialmente penas de entre 4 y 9 años de cárcel y multas de entre 800.000 y 2,8 millones de euros.