Un ensayo para la descontaminación de lindano en el vertedero de Bailín (Huesca) ha permitido destruir el equivalente a lo que se mueve, mediante el agua subterránea, por las grietas del estrato vertical de roca, en un periodo de unos diez años.

Así lo ha anunciado el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, durante la presentación en rueda de prensa de los resultados del ensayo ISCO, consistente la eliminación por oxidación química in situ de los residuos de la fabricación del lindano, hexaclorociclohexano (HCH), en aguas subterráneas.

Según Olona, los resultados han sido "un éxito" y se han superado las propias expectativas en la medida en la que se han logrado eliminar en un 99 % los residuos de HCH y entre el 95 y 99 % del resto de residuos, sobre todo de benceno y clorobenceno.

Se trata de un ensayo piloto aplicado sobre una zona a 150 metros del barranco y a 500 del río Gállego que comenzó en julio de 2010, enmarcado dentro del proyecto Discovered Life, con un presupuesto de 1,43 millones de euros financiados al 50 % entre la UE y el Gobierno de Aragón.

Con los datos que se disponen se podría empezar a aplicar la oxidación in situ en unos 5 metros de ancho y 700 metros de longitud, lo que costaría entre 7 y 10 millones de euros y cinco años de plazo de ejecución.

El jefe del servicio, Eduardo Calleja, ha recordado que el vertedero de Bailín está ubicado en una ladera en la que se depositaron residuos sólidos y líquidos, que son los que evolucionaron a fase densa -equivalente a un petróleo de aspecto luminoso-.

El subsuelo de la zona está formado por dos tipos de roca: una con pocas fracturas y unos estratos verticales de arenisca con fracturas de entre 40 y 50 metros de profundidad que actuaban como salida de los depósitos de los residuos de la fase densa que se deslizaban por la ladera y que obligó en 2014 a trasladar los residuos a una celda de seguridad.

Desde esa fecha los trabajos se han centrado en la contención de los residuos y depuración de las aguas y destruir la fase densa adherida a las grietas una vez limpio el freático, que es para lo que ha servido el ISCO.

La técnica ha supuesto la inyección de unos 14,3 metros cúbicos de disolución de resultado y recuperar el terreno prácticamente en su totalidad mediante sondeos de control situados aguas debajo de la zona de inyección.

El líquido bombeado se ha analizado y enviado a una depuradora de filtro de carbono, mientras que la sustancia oxidante se va agotando según se destruyen los contaminantes y materia orgánica, por lo que no se ha producido ningún efecto en el río como se ha comprobado en los sondeos de control situados junto al cauce del Gállego.

El problema, ha dicho Olona, es que este ensayo "no es la solución total y definitiva" sino "solo una parte de lo que hay que hacer en Bailín y Sardas" y todavía se requiere la elaboración de técnicas complementarias que no existen en la actualidad, ya que el objetivo es eliminar los residuos "sin daños colaterales".

"Estamos ante un reto tecnológico porque tenemos acumuladas miles de toneladas de residuos sólido para las que no tenemos solución", ha reconocido el consejero.

En este sentido, Olona ha recordado que el plan estratégico de descontaminación de lindano evalúa en 550 millones el coste de la operación, incluido el desmantelamiento de la antigua planta de Inquinosa y de los dos vertederos, para lo que el Gobierno autonómico mantiene un plazo de 25 años.

Un gasto que, ha advertido, no puede abordar en su totalidad del Gobierno de Aragón, que necesita el apoyo del Ministerio de Agricultura y financiación europea a base de presentación de proyectos.

El responsable de Desarrollo Rural ha asegurado que "no hay motivos de alarma pero sí de alerta", ya que requiere un seguimiento continuo para garantizar el adecuado nivel de calidad del agua del Gállego y que "tiene un coste importante, que no se va a abandonar".

Respecto al desmantelamiento de la planta de Inquinosa ha reconocido que la contaminación es "menor de lo que cabía pensar", pero dado que "no tenemos un manual de desmantelamiento" primero hay que terminar el ensayo y la caracterización de las instalaciones y del suelo para completar el proceso, cuyos costes, con independencia del proceso judicial, se están imputando a la propiedad.