Aragón cuenta con tres embalses que no cumplen el objetivo para el que fueron construidos; son denominados infraestructuras «inútiles» o incluso «fracasos hidráulicos» por las asociaciones ecologistas, que abogan por su desmantelamiento y por la recuperación del ecosistema fluvial de los ríos.

Estas presas tienen nombre propio: Mularroya, Montearagón y Lechago. Tres embalses, uno en cada provincia aragonesa, con un «gran impacto ambiental» y un «intenso efecto» en la población de la zona, de los que no se ha obtenido «ningún beneficio» pese al esfuerzo económico que ha supuesto para las arcas públicas.

Así queda recogido en el informe Grandes Fracasos Hidráulicos de Ecologistas en Acción, donde aparecen quince grandes embalses distribuidos en siete comunidades autónomas, entre ellas Aragón. La poca utilidad de estas infraestructuras obedece a diferentes cuestiones. O están situados en cauces con un escaso nivel de agua o cuentan con fallos y deficiencias importantes en su construcción o simplemente no satisfacen ninguna demanda. En estos supuestos se encuentran las tres presas aragonesas citadas por los ecologistas, que reclaman a su vez un mayor esfuerzo por la nueva cultura del agua.