Casi 2.000 empleos estarán en riesgo con la prórroga presupuestaria a la que, si Izquierda Unida no lo evita, está abocado el Ayuntamiento de Zaragoza para el año 2015. La abstención de ayer en la comisión solo maquilla el rechazo mayoritario --el 72% de su militancia-- en un referéndum que es vinculante y que condena a muchos colectivos, todos los que dependen del ya famoso Capítulo IV, a la "preocupación" por el futuro inmediato.

Así lo manifestaron algunas de ellas a este diario, que ya adelantaron que en los próximos días podrían adoptar la decisión de emprender acciones conjuntas, una respuesta "lo más unitaria" posible a lo que va decidir el salón de plenos el próximo martes. En un pleno al que se han lanzado de forma masiva. Ocho de las más importantes ya han pedido intervenir en ese punto del orden del día que se prevé calentito. Sobre todo porque, en algunos casos, no solo dejarán en el aire su propia subsistencia --según remarcó ayer el propio vicealcalde, Fernando Gimeno-- sino que hace aún más complicado tener que soportar que, a falta de solo once días para finalizar el año, aún no han cobrado ni un euro de lo comprometido para este año.

SENSATEZ Y PERPLEJIDAD

"Solo les pedimos sensatez, para que se den cuenta de lo que significa la no aprobación de un presupuesto para la ciudad", explicaba ayer María Jesús Sanz, presidenta de la Federación Aragonesa de Solidaridad. En su caso, por ejemplo, están en juego los 2,7 millones de euros que el consistorio destina a la cooperación al desarrollo, "que es el 50% de lo que aporta todo Aragón" y que pone en jaque los puestos de trabajo de quienes trabajan desde Zaragoza y de quienes dependen de los proyectos que se están realizando en los países donde colaboran.

Pero hay más. Adunare o las fundaciones Federico Ozanam y Rey Ardid, y multitud de entidades sociales más pequeñas que "podrían echar el cierre". Porque permanecer sin cobrar todo el año es duro pero al menos les da la seguridad jurídica para poder acudir a una entidad bancaria a pedir préstamos. Pero sin presupuesto, ¿quién va a poder hacerlo? Así que todos tienen algo que decir, quienes rechazan las cuentas del 2015 y quienes no cumplen sus compromisos del 2014. Y todos tienen un denominador común: sus afectados, ellas.

Así que no queda otra que apelar al sentido común, para combatir la "perplejidad" con la que aseguran haber recibido el resultado del referéndum de IU y la decisión de la militancia de no aprobar las cuentas de Zaragoza para el 2015. "Deberían diferenciar entre quienes son sus afiliados y quienes son sus votantes y a quienes representan, que son muchos más y a los que a muchos de ellos ayudamos con nuestra labor", apuntaban ayer desde otras entidades.

Todas respetan las posiciones políticas de cada grupo municipal y, aunque su argumento se asemeje al esgrimido por el vicealcalde y autor de las cuentas que ayer se rechazaban en comisión de Economía y Hacienda, no se ponen de lado del Gobierno municipal, sino del objetivo que persigue la principal hoja de ruta de un ayuntamiento y que durante tres años les ha mantenido a salvo de la crisis económica. A ellos y a aquellos ciudadanos para los que trabajan. Por eso quieren hacerse oír.