El envejecimiento y la temporalidad, junto al carácter heterogéneo de la profesión agrícola en Aragón, con explotaciones reducidas y familiares gestionadas por autónomos con tareas muy variables, son las principales causas de la siniestralidad laboral en el sector.

Esta es una de las principales conclusiones del informe "Análisis de la causalidad asociada a la siniestralidad en el sector agrario", elaborado por la Confederación de Empresarios de Aragón (CEOE Aragón), en el marco de colaboración establecido en materia de prevención con el Ejecutivo regional.

El informe se basa en las opiniones recabadas a lo largo del año pasado entre agricultores, representantes de cooperativas, organizaciones agrarias, regantes, delegados de seguros agrarios, servicios de prevención y mutuas y responsables de talleres de distribución y reparación de maquinaria y herramienta.

Las sesiones para la obtención de datos se llevaron a cabo en las zonas agrícolas de Ejea de los Caballeros (cereal y alfalfa), Alcañiz (olivo), Cariñena (vid y almendra), Huesca-Barbastro (cereal y vino) y Fraga (fruta).

En todos los encuentros mantenidos, los participantes incidieron en la necesidad de una formación preventiva "cercana", eminentemente de carácter práctico y atenta a la realidad de un sector en el que la variabilidad de las tareas a realizar dificulta la evaluación de los potenciales riesgos.

El alto grado de rotación de los trabajadores, la dispersión geográfica, la estacionalidad del empleo, la climatología y la diversidad de culturas e idiomas de los trabajadores son también factores que inciden en la siniestralidad.

El informe se refiere a la maquinaria y advierte de que la antigüedad del parque de vehículos agrícolas en Aragón es "superior a la deseable".

Antigüedad, subrayan los autores del estudio, que favorece accidentes como los vuelcos de tractores, una de las principales causas de los siniestros de carácter grave o mortal en el sector.

A este respecto, denuncian la existencia de normativas "contradictorias" que dificultan la modernización de algunos vehículos, así como de labores de inspección que se centran más en aspectos medioambientales que preventivos.

Para reducir la siniestralidad en el campo, los expertos del sector proponen establecer un sistema que permita formar o acreditar la preparación de los trabajadores antes del inicio de su labor, fomentar la creación de servicios de prevención mancomunados, establecer un carné específico para el uso de maquinaria especializada y articular campañas formativas.

Los datos aportados revelan que el sector agrícola registró el año pasado cerca del 8 por ciento del total de accidentes de trabajo con baja que se produjeron en Aragón, en torno al 6 por ciento de la población ocupada en la comunidad.

Las últimas estadísticas sobre número de accidentes en el sector corresponden a 2015, año en el que se registraron 3 accidentes mortales, 5 graves y cerca de mil leves