¿Es o no la depuradora biológica una alternativa a la convencional? La respuesta puede estar en la localidad de Fabara. Un municipio de unos 1.300 habitantes que optó por desmarcarse del Plan de Saneamiento y Depuración de aguas residuales del Gobierno de Aragón y construir por su cuenta una instalación natural que funciona a pleno rendimiento desde diciembre del 2006. El proyecto y el balance de resultados lo presenta esta mañana el alcalde del municipio en el pabellón de la Diputación de Zaragoza en la Expo.

"El coste total del proyecto y la ejecución ha sido de 235.000 euros, y el mantenimiento anual estimado es de 13.000. Mientras que la depuradora convencional proyectada para Fabara costaba 2.400.000 euros y el mantenimiento, 180.000 euros al año", asegura el alcalde, Francisco Doménech.

Desde el Departamento de Medio Ambiente aseguran que dicha tecnología "no es una solución oportuna" para limpiar las aguas de tanta población.

Y para argumentar que no alcanza los parámetros exigibles, reclaman el hecho de que esta depuradora carece de la preceptiva autorización de vertido que concede la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Sin embargo, desde el municipio recuerdan que para recibir dicha autorización es preceptiva la del informe de actividad, que lo concede el Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental). Y, aseguran, es ahí en donde continúa el expediente en estudio.

Análisis del agua

En cuanto a los últimos análisis del agua obtenida en el proceso ecológico, el alcalde se muestra muy satisfecho: "Las normas europeas obligan a que la carga contaminante que entra en la depuradora disminuya en un 70% como mínimo. Y esta instalación la rebaja en un 96,2%", señala a modo de ejemplo.

Otra de las ventajas es la estética que le acompaña y la falta de olores. "Es increíblemente natural. Y el espacio parece un parque", puede leerse en la web del ayuntamiento. Y es que en total son 20 las balsas construidas por donde transcurre el agua sucia.

También añaden que ha creado un microsistema natural para una nueva fuente de biodiversidad. Por todo ello varios municipios se han interesado por eL proyecto, sufragado por los contribuyentes a través de una tasa por saneamiento y depuración de aguas residuales.

La advertencia

El Gobierno aragonés, en un informe sobre tipologías de depuración advertía sobre los filtros verdes. En concreto sobre el sistema de macrofitas flotantes utilizado en Fabara, insiste en que la "fiabilidad es claramente inferior a otras tecnologías y presenta además otros inconvenientes".

Uno es que para alcanzar la puesta en marcha total del proceso se tardará un año, mientras que en otros sistemas se habla de dos o tres semanas. Otro, el que los rendimientos de depuración de las plantas están condicionados por la temperatura.

También aducen el hecho de que estos sistemas ocupan una gran cantidad de espacio. Y dudan de que no generen fangos.