A la espera de que se instale de una vez el sistema que permitiría operar desde el aeropuerto de Zaragoza en condiciones de nula visibilidad, el lunes y el martes tuvieron que cancelarse o desviarse prácticamente todos los vuelos que tenían a la capital aragonesa como destino de salida o de llegada. De este modo, a los dos vuelos que el pasado lunes iban a aterrizar en Zaragoza procedentes de Berlín y Marraquech y tuvieron que desviarse a Barcelona para realizar posteriormente viaje por carretera, ayer se unieron otros tantos, como los que procedían de Málaga y de París, así como el de Bucarest. Asimismo, otro vuelo que tenía que salir del aeropuerto zaragozano con destino a la capital de Rumanía también fue cancelado ante la escasa visibilidad. A pesar de que es una eterna reivindicación en una ciudad en la que la niebla es un fenómeno meteorológico muy habitual, todos los inviernos se suceden este tipo de cancelaciones y desvíos, con las consiguientes molestias y pérdida de tiempo de los usuarios.